- Dijo Lafuente Ferrari que el crítico ante la obra de arte capta un mensaje, una calidad valiosa, algo que existe independientemente de nosotros, sea o no reconocido. Pues bien, a la vista de las esculturas del belga D´HAESE soy incapaz de preguntar nada en ese sentido.
- Estas criaturas pretenden ser nuestra inquisición visual y lo cierto es que lo consiguen, no sin dejar que su apariencia se asimile con la nuestra y además nos desafíen para después convertirnos en objeto de su sátira y burla.
- Es evidente, por si fuera poco, que nos cuesta reconocer que su morfología sea estéticamente homologable y que sus interpelaciones sean unos discursos exigiendo el compromiso de no mirar hacia atrás, mas no es menos incuestionable que sus mutaciones abarcan los misterios inconfesable de una humanidad descabalada por la peste.
(Roa Bastos)
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