- Cierto es lo que dijo Chicanatzu respecto a que el arte vive en las delgadas fronteras que separan lo real y lo irreal. Lo que ni siquiera al alemán HEIN le preocupa tal cuestión, que para él lo importante es la pura esencia plástica refinada.
- Su visión y su capacidad para hacerla fiel a sí misma se transmite a la mirada del espectador para que éste desde su inicio la trascienda, la haga proyectarse sobre una dimensión cosmogónica que se dilata mucho más allá de esas fronteras físicas.
- El mar, en sus obras, se vuelve un espíritu que medita o se convulsiona, que está quieto o en movimiento, hasta presuponer un espacio que es una viva unidad universal compartida con el hombre.
- Porque el hombre es, antes que nada, el universo que lleva en su intimidad, el que cada uno de nosotros es, sea más pequeño o más grande, más simple o más complejo. En suma, somos metáforas de estos océanos.
Que la pena no vale la pena.
(Patricia Benito)
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