31 de agosto de 2017

CHA JONG RYE (1968) / HASTA QUE LLEGAN


  •  Claro que tiene razón Bernard Noël al declara que cuanto más rápido se suceden las escuelas, más se limitan a ser secciones de un catálogo. Por lo tanto, no hablemos de ellas, comentemos las obras que ya se valen por sí mismas. 


  •  Aunque las estatuas de la coreana JONG sean el resultado de una búsqueda centrada en lo formal, no por ello su trabajo y elaboración de la madera desemboca en un mero perfil de lo esculpido, sino que su tratamiento y articulación se convierten en piezas de evocación imaginativa. 


  •  La autora, de gran destreza y capacidad, nos proyecta la hechura de su huellas, de sus metamorfosis, pero condicionándolo a un imaginario muy trazado que nos dirige a vislumbrar un código en que la belleza es muy limpia y está labrada como la onda de un poema.  

Y la vida debería estar llena de principio
de esos que no hay que perder
y de esos que no hay que perderse.
(Patricia Benito)

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