- El cubano MATA obliga a sus obras a estar en desacuerdo consigo mismas, su representación las induce a un lamento profundo, lacrimoso, porque de mostrar sus significaciones tal como son o han ser, han de tener menos apostasía e impiedad, por muy auténticas que sean, lo que es un ruego inútil, él no cede.
- Pero si es que no hay ni una leyenda en la cual ocultarse argumentan-, solamente nos deja una radiografía palpitante de rostros mancillados, de cabezas cortadas, de cuerpos mutilados. Ni enseñas ni estandartes, únicamente fríos y desamparados iconos de un sueño desgarrado.
- Así es como las misma experiencias plásticas que son la angustia del autor, son las que emergen sabias, robustas, acres, sobradas de odios y rencores si estos fuesen la lectura que propiciara la aguda mirada del espectador. También caben silencios y pesadumbres, nostalgias y aflicciones, todo ello encarnando la apropiada escenografía.
No pronuncies grandes palabras.
¡Significan tan poco!
(Oscar Wilde)
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