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16 de julio de 2013

HUMBERTO VIÑAS / LAS ONDINAS SON LA PINTURA DE MI HAMBRE


  •  Él, el cubano HUMBERTO VIÑAS, las llama ondinas y aunque son el equivalente inverso de las sirenas y simbolizan lo femenino y peligroso de las aguas, no tienen en su obra el carácter maléfico que les atribuye Krappe. Por el contrario, tienen la función de calmar su sed y su hambre a duras penas en el sentido más literal de ambos términos. 


  •  Idealizan con los colores cálidos del Caribe aquello de lo que que se carece, de lo que no hay, de lo que quiere vivir a pesar de todo. Guajiras que sueñan con el amor, la música y el barco que nunca llega y les llevará más allá de la bahía. Sus rostros expresan la tristeza de unas noches que no tienen amanecer. 


  •  Se mueven entre una vegetación insumisa entre la que se desnudan y esperan, siempre esperan a que una luz se haga. El artista es el creador de un estilo inconfundible de orígenes muy arraigados, de claridades oscuras, de reversos contradictorios, de formas manieristas insuperables, de retratos que guardan la auténtica realidad de sus secretos. Amigo mío, es posible que te tengan olvidado, pero para algunos sigues siendo un pintor de pura raíz isleña y tropical.  


  • Obras maestras rompen todos los días.
  • Hoy pasaron unos huérfanos cantando.
  • En sótanos y estantes ennegrecen
  • los mejores tintorettos, laberintos 
  • que no atravesaré.

(Sigfredo Ariel).

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