PHILIP EVERGOOD (1901-1973) / ESTOY EN LAS BARRICADAS
- Quizá la obra del norteamericano EVERGOOD fuese ahora, en estos tiempos revueltos y depresivos, cuando tuviese el momento propicio para ser más entendida y compartida.
- Enraizada en épocas y encrucijadas duras y adversas, su figuración coral, amamantada en un realismo que nunca para de cosechar fuerzas, nos hace encontrar el sino de nuestra condición humana y ciudadana.
- No es una pintura para poner collares de diamantes a un sentido estético, sino que es el reverso, ese que observamos cuando nos dejamos de subterfugios y pretextos, el que después de admirar y asombrarnos por lo otro, agita la mirada irresoluta de la mudez.
- Que sean configuraciones explícitas de una realidad dada y concreta no invalida sus postulados plásticos. En todo caso siembra de sospechas lo que tiene de energía, estrategia y sonata pictóricas, de épica modesta, vagabunda, pordiosera, de ahí su nervio, brío, empuje, resistencia, fibra y potencia.
- Aquí el hombre antes de morir no tenía que ejercitarse en
- la música,
- ni las sombras aconsejar el ritmo al bajar al infierno.
- El germen traía ya las medidas de la brisa,
- y las sombras huían, el número era relatado por la luz.
(José Lezama Lima).
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