25 de enero de 2012

RIGO SCHMIDT (1974) / ¡CUÁNTAS SIMILITUDES SIN SABERLO!

  •  En la pintura esperamos que la concreción nos trascienda y simultáneamente evoque esas realidades que no es una tarea imposible avizorar. Cuando estamos ante ellas es cuando las certezas tienen la máxima visión de las incertidumbres que todavía nos aguardan.
  •  Dentro del alemán RIGO se posesiona esa inmanencia plástica que formula en el soporte toda su fuerza y alcanza el juego de la esencia, la evolución y la naturaleza. Lo de detrás toma la opción de adelantarse, hacer su apuesta y enviarnos un mensaje de última consumación.
  •  Si vemos su diafanidad postrera es que estamos en el eslabón que concluye, que hace casar todos los elementos de este lenguaje, frío, impertérrito, impávido, que nos absorbe hasta penetrar en el pensamiento de las premoniciones dislocadas. 
  • De ti remoto, mi magín emprende
  • Su peregrinación muy fervorosa.
  • Los abatidos párpados se abren
  • A tinieblas visibles a los ciegos.
(Jorge Guillén).

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