HUMBERTO VIÑAS (1963) / TRATO DE HUIR Y SIGO SIN MOVERME
- En el cubano HUMBERTO VIÑAS el cielo es un ciego con muchas lunas que no ven lo que hay debajo. Y el guerrero, de aires greco-latinos, ya no se ubica en su forma ni en la realidad de su pensamiento.
- Además se esconde en un arlequín relamido (escapada a la vieja tradición de la commedia dell´arte de Arlequín y Pantalon) que no sabe que en el firmamento de la isla es un espejo de la nada. Y también le gustaría ser ese payaso músico de colores lívidos y tocar la diana, caminar por El Malecón así vestido, a la búsqueda de princesas mestizas de enormes cuerpos que no estuviesen todo el día con las jaculatorias atravesadas.
- Toca esas paredes agrietadas, informales, y no reencuentra lo que nunca ha perdido a pesar de su penetratante olfato cromático. Le han quitado las alas que no tenía y ya no vuela. Su obra no se mira y él se está quedando invidente de tanto escuchar sus quejas, porque ella quiere salir y conocer, comunicarse y vivir sin el agobio del sobrevivir.
- Así que opta por no sufrir más que lo elemental, seguir pintando y cavilar lo de que al pintar le ha sido concedido el atreverse siempre a todo, tal como lo afirmaba el gran Horacio.
- Mientras yo resistía
- -Bajo mí mismo oculto-
- Negándome a presente,
- Contando por segundos
- De error aquella torpe
- Lentitud en pasar.
- ¿Qué hacer? Mis soledades
- Se erguían contra el mal.
- (Jorge Guillén).
Me gustan mucho los dibujos y el colorido que le da Humberto Viñas a sus obras.
ResponderEliminarLa noche con sus lunas y el cielo azulado están muy presentes en sus pinturas, por lo que se comprende, que también lo están en su vida. La noche es fría, así lo transmite el color azul, pero él con su variado colorido en los personajes, la hace muy cálida.
Tal vez sea un hombre de la noche. Tal vez él por el día que es donde todo se ve con más claridad, se ponga una venda en los ojos para no ver la desesperanza y el desastre que acucia a su país. Tal vez en la noche se respire otro tipo de oxigeno más puro,…
El Arlequín es precioso. Quien alguna vez en su vida no ha querido ser un arlequín disfrazado y pasar desapercibido, o huir de las miserias de la vida disfrazándose de payaso.
El arlequín es un personaje humilde y pobre, servidor y esclavo. Este arlequín ya no es esclavo de un solo amo, sino además también lo es de la noche. Intenta vivir de la noche y de la música. Pero sobre todo Humberto vive de sus obras de arte.
La última obra es como si desistiera de las penurias, se cruza de brazos y escucha la música de su propio cuerpo, quién fantasiosamente él ha convertido en un violonchelo. La música que salen de las cuerdas que calman la ira del momento.
El estomago está vacío, pero la música hace olvidar el hambre y todo lo demás.
No soy experta en hacer comentario o criticas, pero me gusta hacerlo y plasmo lo que veo en las obras. Aunque cometa un gran error al comentarlas. Si a alguien le ofende, pido perdón por ello.
Saludos
PD.
Supongo que la última foto es del autor de las obras. Su mirada está ausente, su semblante pesaroso. Deseo que la vida le regale momento maravilloso.
Saludos