Son estas últimas las que configuran la inmanencia plástica hasta alcanzar a vivir su esencia en toda la expresión de que somos capaces de asumir.
- Una humanidad diminuta y desamparada, sola o agrupada, se percibe en un constante movimiento que plasma la zozobra de que son víctimas por los poderes que las amenazan. Para lo cual su concepción se formula abriendo unas superficies y unos horizontes y perspectivas con una coloración febril que contamina el escenario de un aliento desesperado y agónico que se erige en portador de un origen siempre invisible mas conocido y letal.
- Obra en la que se contempla un género humano derrotado y en permanente huida de unas sombras que no terminan de alargarse jamás.
El Malecón se dirigió a mi amigo Humberto y a mí y nos dijo que pensaba protagonizar una comedia dionisíaca, y como en tiempos de Aristófanes los actores llevaban siempre colgado de sus ropajes un ingente falo, nos instaba a moldearle uno de más de un metro. Nos quedamos callados y después de un rato comenzamos a tallar uno que cuando se balancease pronunciase: mucho son para tan poca canción.
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