Quizás el título no es del todo acertado. Debería haber usado la acepción de arte para globalizar el concepto. No obstante, mi adicción es la pintura y como tal quiero significarla, sin que por ello las otras manifestaciones artísticas queden en un segundo plano.
La pintura tiene una enorme ventaja: la puedes tener a tu lado si lo deseas, es un referente visual desde que te levantas hasta que te acuestas, forma parte de tu entorno más íntimo y por lo demás te ayuda a apreciar la belleza, a mirar la realidad de otra forma, a poder vislumbrar lo que permanece oculto, a emocionarte con esa magia escénica que se despliega ante tu habitual sillón.
También te ayuda a completar tu imaginario, al que te remites en tus experiencias y viviencias, a sopesar la obra como testimonio, como legado de la historia, del mito y de la leyenda. A entender las sociedades y sus épocas, sus costumbres y sus religiones, de igual modo que sus miserias, sus destrucciones y sus muertes.
Debería ser nuestra senda. Pero desafortunadamente no lo es.
Una sorpresa con la agregada satisfacción de encontrar algo tan valioso como este Blog. Porque nos educa, nos insta a descubrir un mundo donde como en el que a diario vivimos, tiene tanto de amor como de tristezas u otros detalles por demás conocidos. Pero con la diferencia mayor de que al tratar de la creación artística, en especial de las artes plásticas pues entramos en el plano de sentimientos más profundos aun y que tanto tienen por descubrirse.
ResponderEliminarEn los apuntes o comentarios de Gregorio uno encuentra el digamos cariño de la pedagogía, el deseo desinteresado de trasmitir no solo ya ese conocimiento que viene de su entrega a la lectura consagrada sobre este y otros temas durante muchos años y que en su transcurrir le atribuye el sabio conocimiento que acompaña con una devoción insaciable por el escudriñar constante de imágenes plásticas… ese ojo insaciable, sagas, detector innato.
Un privilegio esta gratuidad a nuestro alcance.
Y mi más sincera exhortación a que no abandone esa generosa dedicación.
Gisela Santiesteban.