11 de abril de 2011

CELEDONIO PERELLÓN CARDONA (1926) / ¿TE VIENES CONMIGO?


  • Si una obra de arte o un nuevo estilo te turba, probablemente es algo bueno. Si la odias, tienes que admirarla.

    • Pero para la obra del español PERELLÓN no hay admiraciones que valgan, únicamente las visualizaciones de un erotismo que no antepone ninguna circunscripción excepto la de adecuar la órbita cromática a cada momento plástico.

      • Quizás es fruto de la actitud jubilosa del artista, que ante una civilización puta y vieja a pesar de su charla, sus sueños y sus mentiras, que cada día se vuelve más fea, él desata y suelta sus fantasías con el fin de revolver las miradas que se han quedado en el éxtasis olvidado de las yacijas ausentes.

        • Es evidente que no ha querido que las mediocridades nacidas en un lecho cómodo sean la costumbre duradera, al fin y al cabo todos los humanos estamos hechos de la sustancia con la que se trenzan los sueños.


        • Por eso, caben estas visiones entre alegorías, metáforas y ribetes oníricos para que nos posean y poseerlas, así evitamos encerrarnos que es lo mismo que enterrarnos.


        • No es una pintura que ocupe vacíos, simplemente los llena con unos cuerpos que son como océanos en los que sentirse náufrago y huérfano necesitado de atlantes tan irreales como auténticas.


        • Canta, canta siempre,

        • deja escuchar tu voz sonora,

        • se recolecta el vino en septiembre

        • y es tu voz la vendimia de la aurora

        • (Alberto Vigil-Escalera).

1 comentario: