- Me interno en la parafernalia del muralista y grafitero americano CHOE y es como entrar en un infierno lleno de sorpresas. Su obra puede ser tanto de una visceralidad y crueldad que roza lo inconmensurable como de un humor e ingeniosidad fascinantes.
- No se le puede discutir sus capacidades y hallazgos en la concepción de un trabajo soportado sobre un color perfectamente ajustado al contenido y a una representación que goza de su propia forma de aparecer y atraer.
- No puedo compartir ni dar la razón en este caso a Françoise Choay cuando argumenta que el ajuste de los objetos a las necesidades del consumos cultural -yo diría también popular- podrían equivaler a una destrucción cultural desde el punto de vista físico e intelectual. Aquí el ajuste es propicio y hasta necesario.
- Estoy más de acuerdo con Henry Moore, que en su momento afirmó que para él una obra debe tener en primer lugar una vitalidad propia, con independencia del objeto que represente. La producción de este artista ya la ha adquirido, no cabe duda.
El terror nos oculta, nos vuelve animales de selva.
(María Zambrano)