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4 de enero de 2017

LUIS GRANDA (1941) / ACONTECE EN LA TIERRA

  •  En realidad, parafraseando muy libremente a Valéry, no hay pedazo de tierra que no sea un fragmento, cuidadosamente preparado, de alguna autobiografía. La del mexicano GRANDA está perfectamente elaborada y proyectada.  
  •  En su obra hay una redefinición dialogada del encuentro con la materia, con la misma que crece a nuestros pies y delega en nosotros su vivencia y sus experiencias de crecimiento, vida y muerte. En todos esos elementos que el autor determina, la fusión es el ritual de una fusión cósmica latente, buscadora de un espíritu de luz y sombra que le dé el caudal mágico visivo.  
 Entonces entre el ansia terrible de las cosas
y el aire que lo envuelve entre sus frías losas,
arqueado como una tibia luna menguante,
triste luna acabada, el cuerpo ya sin sangre
no comprende las rosas.
Idea Vilariño)

29 de diciembre de 2016

LEONEL MACIEL (1939) / NUNCA HE ENTENDIDO MÉXICO DE OTRA FORMA

  •  El mexicano MACIEL, cuando veía resplandores,  se enfrascaba en la práctica de su astrología plástica, y también como una materialización de vestigios de un territorio que se convertía en una realidad mágica, de ahí su encasillamiento en el llamado realismo mágico. 
  •  Pero además había otras realidades en sus obras que pugnaban por evocar y liberar los espectros de un vivir guardados para ser erigidos en sortilegios creativos y en referencias de una raza y de una historia que no deja de parir talismanes en su defensa.
  •  Así es como, finalmente, en ese entramado cromático descansa la arbitrariedad de la intimidad del artista, el cual espera que se haga tanto una necesidad como un don que sea un elemento singular y esencial para la cultura mexicana, que es más que una voluntad persistente del tiempo.   

18 de diciembre de 2016

ABOUDIA ABDOULAYE DIARRASOUBA (1983) / LA MUERTE ES EL LEGADO QUE MEJOR ENCAJAMOS

  •  Entre disparo y disparo me agacho o me tiro al suelo, después pinto, hasta que vuelven las balas y me detengo, pero al cesar los impactos en las paredes del sótanos, continúo, y así hasta que paulatinamente vaya culminando cada pintura, autorretratando mi horror dentro de ellas. 
  •  El costamarfileño ABDOULAYE no se da descanso, sus iconos son fiel reflejo de un gesto desesperado ante cada uno de los muertos que se van depositando, sus trazos son tan contemporáneos que vemos en ellos todo aquello que les falta o de lo que carecen.  
  •  Y este expresionismo africano, tribal, étnico, de recia ensambladura, "no se concibe, como dice Marcel Gromaire del moderno, sin ese gusto, a menudo mórbido, por la deformación. Los mejores cuadros expresionistas son gritos desesperados". Realidad y vida aparecen nítidamente.
escribo como el corazón
que late escribe
los gritos de sangre
y de las células de las visiones
del llanto y de la lengua
(Inger Christensen)

11 de diciembre de 2016

HEATHER PHILLIPSON (1978) / TODO ES MENTIRA

  •  Vamos caminando por la calle y nos dejamos abrumar por los escaparates hasta que nuestro sino consumista va atando cabos de imágenes de aquí y de allá, de tal manera que a ese conglomerado fragmentario incubado en nuestro cerebro solamente le falta un marchamos escénico para erigirse en una apropiación artística.     
  •  Eso es lo que hace el británico PHILLIPSON, aunque en realidad es un cuento de hadas integrador de muchos elementos que tengan una resolución visual inmediata, reconocible, a la que podemos titular en el momento y en el momento podamos atribuirle tanto una crítica social como una parodia, una lectura estimulante como una frivolidad con ínfulas de mayordomo de casa real.   
  •  Es un perfecto ejemplo de lo que el arte contemporáneo da de sí, que es mucho y muy diverso, pero al que el escritor César Aira tacha de "nombre perfectamente absurdo, ni descriptivo ni provocativo ni geográfico, de una materialidad apabullante, casi paródica".

6 de diciembre de 2016

XEVI VILARÓ (1975) / ¿QUÉ MUNDO ES ÉSTE?

  •  Sobre unos espacios fríos como presagios e iluminados, cuadrados o esféricos, se desata una figuración limpia, de colores puros consagrados a infundir una visión fantasmagórica cuya explosión está a punto de suceder. Nos confunde porque nos imaginamos como espectadores estar fuera, pero residimos dentro.  
  •  Estamos ante una obra en la que su autor, el catalán VILARÓ, se decanta por una apología plástica mentirosa de ese horror que se manifiesta a nuestro alrededor como un apocalipsis paradójico, entre lo atractivo y lo odioso, entre el amor filial, la infancia, la pasión, el crimen y una moraleja que no se cansa de ir al lavabo a testimoniar su vómito.     
  •  Lo que nos impacta es que se trata de una pintura modosita, virtuosa, casi virgen, y solamente al acercarnos observamos que viene contaminada y envenenada, que estamos condenados a repetir nuestros errores, a movernos conforma a una naturaleza, la humana, que es irremediable y que ni la salida de urgencias la salva.  
el cielo que resplandece,
y la luz que casi
desde entonces se ha parecido
al fuego de la bomba atómica
un poco
(Inger Christensen)

29 de noviembre de 2016

CLARE PRICE / ES MI POESÍA

  • Sustancia lacrimosa que puntúa y acentúa, que empapa con frescura y sin densidad, que moja y llama a la vida y a la poesía, que es tímida, íntima, susurrante y versátil. No es dura, es sensual y emotiva, huidiza y con un halo de brisa que recita y pronuncia.
  •  La plástica de la británica PRICE es el resultado de una investigación minuciosa en busca de una rima que desvele su talante lírico y mesurado, inclinado a la reflexión y al sentimiento sobre una superficie que traslada al ámbito de su pasión.  
  •  Las finas pinceladas, los fondos, los puntos, forman parte de una ficción que expresa ternura y sensibilidad, también un enigma que se esconde detrás, y que es confesión de lo perecedero, de lo fugaz, del sueño que acaba y se va desmaterializando.
  • Agrio está el mundo,
  • inmaduro
  • detenido;
  • sus bosques
  • florecen puntas de acero;
  • suben las viejas tumbas
  • a las superficies;
  • el agua de los mares
  • acuna casas de espanto.
  • (Alfonsina Storni)

26 de noviembre de 2016

ARIK BRAUER (1929) / BUSCAR EN MÍ

  •  Se ha etiquetado a la obra del austríaco BRAUER como realismo fantástico, y es que parece ser que ningún pintor puede escapar a una catalogación. Se quiera o no, cada pintor ha de aguantar su correspondiente "ismo". Aunque en este caso es más que todo ello y despacharlo así es harto injusto. 

  •  Ensueño, ficción, quimera y hasta una reverberación utópica laten en su pintura. Es un refugio para la imaginación y la ilusión, una exaltación perfectamente concebida de una realidad que cromáticamente es un jubileo de dimensiones inalienables.  
  •  Incluso su sentido cósmico nos llega y nos alucina, nos satura y nos conmina "bosquianamente" a sentir desde otros espacios que arduamente nos empeñamos por localizar y no es posible. Es así como la creatividad nos enlaza a la vida y a una emoción continua que nunca debe desaparecer. 

UMBRALES INCIERTOS