- ¡Qué imágenes más espantosas!, verdad fulana. ¿Cómo puede considerarse arte a tales engendros? El autor debe ser un morboso o enfermo que está más loco que una cabra, ¿no crees?
- El fotógrafo estadounidense WITKIN asusta, provoca, transgrede, hasta puede decirse que humilla al que se presenta delante de su obra porque al mismo tiempo que le atrae -esas cabezas de muertos besándose ¡por Dios!- le produce una aversión sin límites.
- No cabe duda que el artista juega con sus propios demonios y los nuestros, que tiene un gran sentido estético, que reivindica la condición invicta de lo abyecto, lo eleva a la categoría que debe tener y no se deja arredrar por el desprecio o la condena.
el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite /
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido
(Mario Benedetti)