- Las instalaciones por sí mismas transmiten significaciones metafóricas que transmutan una realidad que apela a la intuición del espectador. La cubana POBLET es en tal sentido un parangón que hace de su montaje una luz de remolino, de ruedas, cubículos, hasta intercambiar mensajes que lo que toman de un poema lo dejan en el otro.
- Que lo que toman de una vicisitud la depositan en la siguiente, que lo que obtienen de fulgor y floración lo ejercen de catarsis. Obras que siembran un alba y aguardan a que la sangre germine en flor, a que los aros coronen su crecer, a que los globos encendidos nos trasladen su sentir.
- Estamos ante una escenografía depurada que la artista ha sabido captar para que la construcción corresponda a un canto irradiado, a una visión receptiva de lo que plástica bien concebida fertiliza sobre el valor de las raíces nunca acabadas de evocar.
Amé la primavera, temí la muerte:
hoy la noche del alcohol es todo lo que queda
y la mosca vuela en torno del retrete.
(Leopoldo María Panero)
- Por este blog ya ha pasado el cubano DÍAZ SOSA porque es un artista que como decía Paul Valéry, nos vuelve apasionadamente curiosos de su íntimo y verdadero pensamiento. En esta ocasión lo traigo a colación como reconocimiento a su nueva exposición en la galería BAT Alberto Cornejo en Madrid. Y es que su creación plástica es por sí misma una respuesta intransferible y única desde el punto de vista de la representación, y una conjura desde la perspectiva de la condición humana.
- Los espectadores, sin darse cuenta y elevados desde su atalaya, parecen que son los que tiran del hilo del poder sobre esos hombrecillos sin percibir que son su reflejo, que son sus vicisitudes de siervos y oprimidos en esta sociedad turbia, de negros y densos nubarrones . Los espacios en los que se encuentran, están cruelmente y al mismo tiempo irrisoriamente reducidos a una naturaleza carcelaria, eclesial, inquisitorial (vemos los reos de autocrítica incluso), en el que se esparcen esos cuerpecillos negros, devorados por su propia impotencia y carencia de comprensión. Están condenados a ser antítesis, las tesis se las han quedado los de siempre.
- Desde luego, la configuración, con esa paredes descacarilladas y tenebrosas, no puede alcanzar una mayor equivalencia entre el acto y la materia, entre el prodigio desbordado y esparcido y el sentido. Y termino con unas nuevas palabras de Valéry en lo de que el hombre que se mide a sí mismo y se rehace según sus claridades me parece una obra superior que me conmueve más que ninguna otra.
Dime ahora, payo al que llaman España
si ha valido la pena destruirme
bañando con tu inmundo esperma mi figura
(Leopoldo María Panero)
- Este artista polaco, que está exponiendo actualmente en Madrid, en la galería Liebre, es todo un sinónimo de recuperación de las viejas maneras infiltrándolas de nuevos modos. Por este blog han pasado muchos retratos, incluso autorretratos de determinados autores, y todavía puedo asegurar que esa temática existencial y artística no está acabada.
- En este caso BEDA nos ofrece otra clarividencia plástica y facial de lo que son sombras, centelleos, espantos, temores, locura y delirio. No acaban de ser máscaras pero sí exploraciones. No acaban de conferir almas pero sí espíritus. La acritud del tiempo queda grabada y la acritud de la vida también.
- Obras que la densidad cromática les da el cuerpo necesario para que nunca desentrañen el olvido ante la muerte, y esa masa informe que les rodea y les significa les coloca en la posición del espejo que se ha roto por lo ajado que estaba. Son nuestro reflejo y no hay forma de taparlo.
Muerto amor al lado mío yace
parecido a las heces en que nace.
(Leopoldo María Panero)
- ¿Alguien ve el mundo como yo lo pinto? ¿Nadie? ¿Es demasiado crudo y no admite sutilezas? ¿Es especular con la rabia cosechada? De acuerdo, mi realidad está empastada, es gruesa, pero no por eso pierde su condición de canto, de poesía, de experiencia creativa dentro de la ignominia que me rodea.
- La brasileña SOATO es la que vive entre enigmas reales que las cosas nos proponen y que encuentra otros enigmas que plantean sus propias obras, sus acumulaciones acumuladas. Porque esa pintura está tallada, herida, cicatrizada por un mundo que no necesita inventarse, pues está a la vuelta de la esquina.
- Su obra adquiere una hondura preñada de desazón, de historias cuyo eje está completo en su representación, en esa configuración en la que hasta el color tiene calidad de conductor brutal, de voz fiera y simultáneamente lábil, arrastrada a lo largo de una mirada que sólo tiene imaginación para el fin.
Qué es la magia, preguntas
en una habitación a oscuras.
Qué es la nada, preguntas,
saliendo de la habitación.
Y qué es un hombre saliendo de la nada
y volviendo solo a la habitación.
(Leopoldo María Panero)
- El tren acumula en sus viajes almacenes de vidas que buscan un destino del que desconocemos si tiene encuentro o es una singladura más en el extravío o la derrota de seres que lloran en la noche. En estas obras el personaje importa por sí mismo y por lo que significa, por su esclavitud de ver y andar incesantemente, por los paisajes que cruza y por la soledad con que saluda.
- El mero de hecho de evocarlos hace que poco a poco tus sentidos capten una imagen que se compondrá de todas las percepciones sensoriales (Casas Ros), lo que define magistralmente estas representaciones que conjugan la magia pictórica de tiempo, vida, historia, con ese hálito de desolación, melancolía y añoranza.
- Desde el tren, las vías y las estaciones se esboza un mundo, un pequeño mundo, que a medida que toma movimiento se hace grande en la imaginación del espectador, que ve otra sensación y otro olvido que tenían esa luz genuina que iluminaba aquellas reminiscencias por las que pasaban y hasta amaban.
En mi mano acojo los excrementos
formando con ellos poemas
cerca estoy ya de donde sopla el viento
y odres de vino de mi nombre están llenas.
(Leopoldo María Panero)
- Ese fulgor de la selva tropical que late y esconde, que se enmascara hasta adquirir plásticamente naturaleza propia, que al mismo tiempo que se defiende grita su esplendor, su laberinto, su ensortijamiento. Los colores son su armonía y los vericuetos por lo que respira y ama.
- Al cubano ALFONZO se le han cruzado las geometrías tan inherentes a su condición de materia genuina y las ha configurado como fuentes de una herencia caribeña de lo telúrico. De ahí han surgido distintas interpretaciones del origen y de la tierra cubana, de su forma de entenderla y representarla.
- Pero hay más, pues está esa raíz que no cesa de alumbrar signos y presencias, que se estructura como la magia morfológica de una isla que ha emergido de un mar atigrado y se ha espesado entre la caña, el misterio y el tabaco; que también se ha fertilizado con el sincretismo y el hambre de emoción, no de silencio.
Pues cada ser humano puede ser en potencia un psiquiatra, con sólo prestarnos la ayuda de su espejo (Leopoldo María Panero).
- La pintura no debe hacerse verbo, debe hacerse carne y carne pagana, hereje, idólatra e infiel. Ha de marcarnos con fuego, dejarnos cicatrices, proponernos rebeliones y mostrarnos el cielo de las revelaciones o el infierno de las emanaciones.
- En la obra del cubano BRITO hay razones de búsqueda entre la sinrazón de la vida, visiones veladas y sueños de espejo ahumado que conforman los fantasmas que hemos convocado. Entre un cromatismo fuerte y amenazador vuelan otras formas, otros seres caligrafiados. Lo que quiere decir que no hay perdón.
- Así es como este artista concibe su mundo, a base de depositar rastros que expresen y hasta perfeccionen las pústulas en la piel plástica, su imaginario irredento, el final que empieza y el inicio que acaba. Regalo de magos y tiempo, espacios presentes sin rostros pero llenos de imagen y memoria.
Del polvo nació una cosa.
Y esto, ceniza del sapo, bronce del cadáver
es el misterio de la rosa.
(Leopoldo María Panero)