- Todo está en proceso de reubicación porque no hay nada acabado convenientemente y la imagen nos debe ayudar a desbaratarlo y volverlo a poner en pie. Pero es tal la inconformidad, el desaliento de una plasticidad que no infunde espíritu que lo mejor es mantenerla en tránsito o en una locura accidental.
- Si según el madrileño GIRALDA, estos habitáculos interiores son nuestro reflejo, ya es un paso decisivo entre lo imaginado sensorialmente y lo pintado, entre el lugar que no se asimila porque es innecesario y el que de forma subconsciente nos queda grabado como la huida de nosotros mismos. Demasiados objetos para vivir que prefieren el caos.
- Pues que es así, que esos objetos, útiles e inútiles, son los protagonistas de este inconmensurable expolio y de una invasión que acrecienta la perspectiva que se abre en esta obra, cuya fuerza temática no ha tocado fondo todavía, se ha quedado en una rebeldía corta y en un principio de subversión germinal.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
y que este cuento es cierto, este
absurdo que delatan mis ojos,
este delirio en Veracruz, y que este
país es cierto, este lugar parecido al Infierno,
que llaman España, he oído
a los muertos que el Infierno
es mejor que esto y se parece más.
(Leopoldo María Panero)
- En esta mixtificación tan prolífica encontramos un Renacimiento del siglo XXI, con todo lo que eso significa de una recuperación y elogio de la pintura, del aroma decadente y al mismo tiempo soberbio en estructura narrativa, en la magia de esos espacios intemporales que se fusionan, en los mitos y leyendas que se entrecruzan y renacen con otra tesitura.
- El portugués PENA es un aplicado artista que no ha perdido el sentido de la imagen, de lo que ella en cada momento puede dar de sí, al contrario, en su obra desata miles de opciones y versiones, imaginerías e historias, de tiempos idos, presentes y venideros. Alberga todos los tonos, todas las luces, ensambla lo vivo y lo muerto, lo apocalíptico, lo cruel y hasta lo erótico y placentero.
- Para él su misión es proyectar una metafísica de la pintura, la misma que debe de estar vigente siempre y que no debe estar constantemente sujeta a debates sobre su viabilidad, sobre sus posibilidades, su agotamiento y sustitución. Todas estas piezas avalan la plasticidad y un horizonte que sigue siendo tan extenso como antes.
Yo soñé con tocar la tristeza viscosa del mundo
en el desencantado borde de una ciénaga absurda
yo soñé un agua turbia donde reencontraría
el camino perdido de tu ano profundo;
(Leopoldo María Panero)
- Dice Andrea Pinotti que es fundamental que la imagen pictórica se ofrezca a la mirada y que esta mirada interactúe con el resto de los sentidos en la captación del sentido de esa imagen. Muy cierto y más cuando estamos ante la obra de la artista portuguesa MORAIS.
- La vitalidad, reminiscencias y hallazgos de su trabajo no dejan lugar a dudas, por cuanto comprobamos que el acto de proyectar esa figuración es un gesto que trasciende la propia realidad exterior, se adentra en una realidad interior que se dota de una sensibilidad intensa hacia un pensamiento que ahora va a aparecer.
- Es la poética de una soledad acompañada que se desprende de esa coloración que se impone a través de una visibilidad que por sí misma nos infunde sensaciones soñadas cuando estamos despiertos y podemos acudir a ellas sin mayor amparo que nuestra placidez y nuestro silencio. En ella la verdad es una única verdad sin ismo ni discurso ni lectura programada o planificada.
Todo aquel que atraviesa el corredor del Miedo
llega fatalmente al Último Espejo
donde una mujer abrazada a tu esqueleto nos muestra
cara cara el infierno de los ojos sellados
de los ojos cerrados para siempre como en una máscara
de muerta representando en el más allá el teatro último:
así miré yo a los ojos que borraron mi alma
así he mirado yo un día que no existe en el Último Espejo.
(Leopoldo María Panero)
- Un artista sirio afincado en España como AL BACHA no puede dejar de estructurar en su imaginario visual la tragedia, el grito de los cadáveres, la oración en fila circular de los muertos, los cuerpos rotos y errabundos de su tierra, en el momento de su probable extinción.
- Con una sensibilidad aguda para captar las formas escultóricas que han sido santo y seña de nuestro siglo XX, ha elaborado una obra que se erige por sí misma en un portavoz epónimo de una cultura que ha decidido sobrevivir.
- La índole de esa temática humanitaria queda grabada en sus piezas de un modo pétreo, pero cediendo ante los vacíos y hendiduras que les han provocado los tormentos y la tortura, las heridas y las lesiones. Por donde están hay pasto de serpientes.
El suplicio de la noche y el suplicio del día
el suplicio de la realidad y el suplicio del sueño
despliegan ese movimiento que se ignora y al que otros
pudieron, no sé cómo, llamar vida, como una tortura
que desde lejos en la oscuridad pensara
un animal sin ojos con el alma dormida
soñando esta pesadilla.....
(Leopoldo María Panero)
- Nódulos, células, corpúsculos que crecen en un tejido puro que hasta ahora era virgen. Y van naciendo como poblaciones ya vivas -tóquenlos y lo podrán comprobar-, fantasmas que resucitan y que necesitan estar muy juntos, "cubismizados", unos encima de otros, en diálogo permanente, pero representando lo que fueron, lo que simbolizaron, lo que hicieron bajo un cielo al que no le queda sitio y una luna amanecida. Ni ellos ni nosotros, espectadores, nos podemos permitir el lujo de extravíar su memoria.
- Si en otras traslaciones, la sensación es más arquitectónica, fría y hasta amenazadora, en las siguientes se vuelve mística y alegórica de dentro de una cúpula y templo que funciona a modo de falansterio. Entonces los glóbulos son la suerte que inicia su recorrido, el lento camino de una historia que nunca se repetirá bajo la misma frontera.
- Un dibujo tan enriquecido, que jamás tiene proas y popas, tan capaz de ajustar el florecimiento, la pujanza, el hallazgo y el auge de estos microcosmos no tiene parangón. Las lecturas convencionales son imposibles aunque probables, porque la plástica de lo configurado está por encima, por lo intrínseco de que esos universos revelen, describan, creen, resuciten, procesen, desnuden, rememoren, amplíen, seduzcan, sueñen, celebren y señalen hasta lo impensable.
- Quizás lo que constituye el fenómeno más portentoso es la aparente facilidad para que ese orbe tome forma, como si una vez trazado un minúsculo signo partiese todo en él de suerte natural, espontánea, fluida, y de este modo mi amigo, el artista hispano-cubano FELIPE ALARCÓN no fuese el autor de la obra sino que ella es la que le fuese haciendo a él, así que al llegar al final sabríamos que una y otra son lo mismo biológica y estéticamente, la extremidad de uno es la extremidad de la otra. Por lo tanto si nunca se la ha visto, ahora es el momento de contemplarla.
Y vi la Luz en los Vertederos, en los burdeles, en las cárceles,
maltratada, apaleada, confusa acerca de sí misma.
Y una mujer enriquecida con la sangre de los mártires.
Una mujer horrible, con barba, y en su frente grabado
misterio
que vivía de la sangre derramada
por aquellos que no adoraron a la Bestia bajo en nombre de
Dios
y que se atrevieron a vestir de lino blanco.
(Leopoldo María Panero)
- A estas instalaciones y esculturas de la mexicana CASTILLO podemos aplicarle toda la retórica que queramos y aún más. Y nos quedaríamos cortos porque no considero que sea eso lo que requieren, sino una actitud más enfrascada en los efectos de su potencial visivo, multiplicador de formas y reminiscencias, de arquetipos y sensaciones, de tactos y asimilaciones.
- No cabe duda que su concepción es brillante, que ellas mismas son espacio físico y mental, que se apropian de nuestras certezas, las hacen retroceder y avanzar, preguntar e insistir, reformular y no ceder. Su plasticidad no está puesta a prueba, al contrario, es ella la que nos pone a prueba a nosotros que, como espectadores, nos quedamos sangrando ideas y hasta emociones.
- Y también son fruto de una imaginación que sabe conjugar y ensamblar los elementos materiales con la significación que una vez formulada desprenden. Conocen muy bien los mecanismos del relato y del tiempo, del estar siendo sin perder un ápice de lo que en arte es un más allá del yacer sin objeto.
Y vi como se asesinaba en el nombre de Dios,
vi cómo se exterminaba a pueblos, a razas enteras por no
adorar la imagen de la Bestia,
que lleva el nombre de Dios.
(Leopoldo María Panero).
- Las imágenes no dejan de amenazarnos, son visiones demasiado inconciliables con nuestra naturaleza, pero no por ello menos efectivas y devastadoras. Que sea sólo un frenesí visionario es lo que nos salva de nuestra indefensión y lo que nos permite advertir la percepción de un universo, uno más, que lo devora todo.
- La facilidad plástica de este artista cubano, PUENTE, nos deja embriagados por la locura que nos traspasa y ante la que, es verdad, ya deberíamos estar avisados. No en vano para eso le precedieron los surrealistas y sus monstruos del sueño. Pero en su caso, nos hace mella una imaginería que tiene esa condición periférica y caribeña que desbarata hasta los cimientos.
- Por eso, esos sones cromáticos retumban de forma soberbia y se desbravan en las alegorías del ritmo y las secuencias, sin darnos pausa, sin concedernos una mínima acción de gracias, sin que una oración que suplica no haga más que engrandecer el misterio de su maldición. Mejor será no entrometernos con la mudez de las palabras.
Oh madre nube que no tienes peso
Nadie ruega por nosotros
(Leopoldo María Panero)