El vasco ABEL, en su obra, ofrece intenciones y objetivos conscientes impulsados en la representación pictórica por su voluntad subjetiva.

Sus dársenas constituyen un mundo que a través de valores cromáticos revelan un fuego oscuro, unas vivencias sumergidas en una visión de un aire y flujo contaminado.

Es una confluencia de degradación, de un tiempo que está carcomiendo unos parajes anclados en lo más inhóspito de una realidad que se ha tejido a la sombra del progreso.

¿Dices que quieres partir,
borrarte como el deseo
cuando el cuerpo ya no arde?
(Jesús Ferrero)
Hegel distinguía tres fases en la historia del arte: clásica, romántica y simbólica.
Al del pájaro prefiero
este verde imaginado.
Ven amor, vamos a ver las sombras de los adivinos.
(Leopoldo Panero)
Un principio trascendental es aquel mediante el cual se representa, a priori, la condición universal bajo la que sólo las cosas pueden ser objetos de nuestro conocimiento.
Hay cuatrocientos hombres
que se lavan en la piedra de la desdicha.
¿Vendrás mañana?
(Leopoldo Panero)
El fluido de lo real quizás se deba a que se ha enganchado en la grieta que el ser humano lleva en sí, que ha modificado su ontología, a partir de la nueva posición que las cosas -lo real- tienen ya para todos.
Veré pasar un niño por la acera de espanto
y le preguntaré mi nombre si mañana renazco.
(Leopoldo Panero)
No hay imagen que pueda pensarse radicalmente sino es más allá del principio de visibilidad, es decir, más allá de la operación espontánea, impensada de lo visible y lo invisible.
Las obras de la alemana VIEBROCK son efectivamente espontáneas pero cargadas de un sentido cromático que se ha aquilatado y madurado después de mucho tesón y dedicación.
Asombra ese festín de trazos, signos, manchas, siluetas, recovecos, laberintos, movimientos, pinceladas que arrancan gritos poéticos del espacio.
Porque una idea es el fantasma de un pensamiento y un pensamiento es un gusano.
(José Bergamín)
El japonés YOSHIKAWA no coloca ante una experiencia en la que la afluencia cromática diluida nos hace cavilar en el deleite de un ver que ha adquirido una respuesta que nos da en los ojos.
Sus obras son puras dimensiones en que la gama de las diversas tonalidades forma un escenario único que se regocija en su propia aventura.
Es un juego de fluidos que el artista sitúa en el espacio con el propósito de que esa aureola tan buscada y hallada sea el medio idóneo para una visión en sí misma.
El Diablo es el aristócrata de la creación porque no tiene nombre; tiene títulos.
(José Bergamín)
En las obras del americano CROFT el paisaje establece una tensión plástica con la abstracción con la que quiere compartir una identidad y un horizonte.
Las calidades cromáticas de estas orografías pictóricas hacen que ese empeño en trascender los límites de esa visión inicial, se materialicen en un significado hondo que traspasa fronteras y miradas.
Texturas, tonalidades, luces, sombras, conforman una plenitud que nos hace inquirir sobre esa concepción de un hacer marcada por la sabiduría y las vivencias.
Estará en el Purgatorio,
el Paraíso o el Infierno:
pero no estará en el sitio
donde se le pudre el cuerpo.
(José Bergamín)
El artista JANSEM nació en Turquía pero tuvo que salir disparado de allí cuando el genocidio de su pueblo, el armenio, se inició. Llevó en su memoria los signos de ese mal que constantemente reaparece.
Por eso su pintura no oculta que detrás de la carne hay un espíritu que lucha entre el patetismo y la desolación, entre una vida perdida y una muerte hallada. En sus obras se da presencia sabiamente a una historia plástica del dolor.
Me echarán tierra encima
pero sin dejar un hueco
por donde pueda escucharse
cómo se ríen mis huesos.
(José Bergamín)

Las obras de MACPHEE son planos que solamente sirven para que los colores sosegados pero muy agudos, conformen unos espacios únicos por donde deambular silenciosamente.
La luz queda incorporada a través de la configuración cromática y ella misma horada en direcciones, segmentos, geografías urbanas hasta formar laberintos plásticos interminables.
Esto que podríamos llamar parches o cosidos tiene su significación en cómo nos llena plenamente la visión, en cómo nos enseña a vislumbrar.
Amigo mío os pido
que escuchéis mi último ruego:
el día que yo me muera
no vayáis a mi entierro.
(José Bergamín)
En las obras del alemán NAUJOKS el mundo se agita entre turbulencias y huracanes de vibraciones cromáticas que imperan sobre el soporte como si fuera suyo.
Hay una concepción plástica camuflada bajo cada uno de esos torbellinos y vorágines que, con unas tonalidades, gamas y texturas en pleno delirio, ofrecen amaneceres o anocheceres imprevistos.
La abstracción se ha hecho dueña de una forma de ver, de clavar nuestra mirada en sus alegrías y amarguras, en sus momentos presentes y pasados. Es sensación y regeneración.
La lógica es un esqueleto que no espera resurrección.
(José Bergamín)
Si los clásicos han manifestado su hacer con su mejor y más magistral dicción, él, POMBO, catalán, reivindica esa práctica con una tesis y experiencia de su tiempo y de su sentido pictórico.
Las densidades cromáticas volátiles y líquidas postulan la recreación de lo que hay detrás enganchado al espacio y esa elocuente divagación plástica nos introduce en otro hemisferio del arte, en otras coordenadas simbióticas capaces de inundarnos de una visión taumatúrgica.
En cada obra las referencias sintácticas se desdoblan hasta volver a fusionarse, hasta que la forma y el color hagan y deshagan, se entiendan y se desentiendan, se amen o se odien.
Lo más parecido a un reformador es un transformista.
(José Bergamín)
La utilización de nuevos medios y recursos en arte determina nuevos territorios y campos de actuación, tal es el caso del artista multimedia londinense CHEUNG.
Sus paisajes cobran una cosmovisión que se despliega en unos espacios en los que los valores cromáticos revelan una nueva geografía, bajo el significado de un misterio en el origen y en su realidad.
Encender una vela a Dios y otra al diablo es el principio de la sabiduría.
(José Bergamín)
Cuando estamos ante la obra de la iraquí SORA verificamos que justamente esa cualidad de lo estético es la que traduce los acontecimientos de la vida a una dimensión diferente.
Su quehacer materializado tiene ese prodigio de cacofonía por encima de una plástica que la lleva irremediablemente a una búsqueda cuanto más intrincada más penetrante.
Las deslumbrantes calidades matéricas y cromáticas de su trabajo definen un espacio que habla a través de sí mismo y de su autora, lo que lo hace ser más elocuente y subyugante.
La cuestión es
que el azar fluctúe y que el vivir suscriba.
(Antonio Espina)