JOSÉ MANUEL CHAMORRO 1949) / ROSTROS PARA NO VER
Confesaba Stefan Zweig que su crisis interior consistía en que no era capaz de identificarse a sí mismo con el yo de mi pasaporte. A estos seres les pasaba lo mismo.
Por eso, en estos rostros del leonés CHAMORRO el espejo está roto y su reflejo se acerca a ese aire de la fisonomía del hombre medieval que se asomaba en bajorrelieve.
El cromatismo es espeso, oscuro, duro, áspero, para remarcar con su trazo y configurada geometría una inmortalidad que quiere hacerse evidente y manifestarse.
Un piadoso habitante de Praga, un cierto K., sabía muchas cosas mundanas; todas las había estudiado en el retrete.
(Franz Kafka)
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