- Repito una vez más lo que dijo Fiedler respecto a que cada obra auténtica constituye un nuevo descubrimiento, pues junto a mundos ya conocidos se sitúa un mundo nuevo, hasta entonces desconocido.
- Así lo entiende el chino FENGYI, para el hay un ámbito determinado del espíritu en el que vida y muerte, realidad e imaginación, pasado y presente, el arriba y el abajo, dejan de estar en una oposición insalvable.
- Y la historia de las creencias, sus iconos, sus verdades, sus mensajes y ritos, todo en un esquema plástico que alude al arte como medio de dominio y de configuración de la vida, de lo místico y mortuorio.
Cara de beato y uñas de gato.
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