- La obra de WEINER es un grito áspero, duro, certero y sin piedad. Son cuerpos femeninos desarticulados víctimas de violaciones, asesinatos, torturas, malos tratos, reclusiones, aislamientos, esclavitud, y cuyos iconos están construidos de piezas marginales.
- Más que retratos de ropajes deshilachados y complexiones carbonizadas, son una secuencia de símbolos encadenados que se imponen como una escenografía visual que sobrepasan una realidad para marcar el signo de la derrota del ser humano en su condición femenina.
- Todas las culturas están comprometidas en estas aberraciones, sus ojos y sus miembros, tapados o no, lo demuestran y delatan, lo certifican como una constatación de que esta podredumbre no acaba de desaparecer, hasta incluso es justificada.
El muerto alienta. Terco
el cuerpo permanece.
(Vicente Aleixandre)
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