- Con las tintas haciendo de las suyas, las obras del chino JIANG tienen en el ocre, el negro, el rojo, verde o amarillo, turbulencias infinitas que se desparraman hasta formar coreografías innumerables.
- Algunos sostendrán que esta plástica se asienta sobre sí misma, es narcisista y no interactúa fácilmente. Sin embargo, es todo lo contrario, porque está pensada para proyectarse sobre la mirada y ya ahí impregnar su visión.
- Fértil en afluencias y confluencias, es plácida en medio del torbellino, poética en la dimensión que adquiere, telúrica y ávida. Además es tanta su intensidad que será imposible arrebatarle la vida.
No ser, si se piensa, es el trono. No ser, deseándolo, es la corona.
(Fernando Pessoa)
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