29 de julio de 2017

JONAS BURGERT (1969) / LOS HIJOS DE LA HISTERIA


  •  Decía Flaubert que la vida es una cosa tan horrible que el único medio de soportarla es evitarla. Y se la evita viviendo en el arte. Seguramente que ese era el objetivo del alemán BURGERT pero le salió rana.  


  •  La huida no ha sido posible, porque escabullirse para que tu propio yo autor te haga penetrar en unos sueños esperpénticos, alucinados, tenebrosos, de una iconografía sapientísima tan apabullante que impide casi respirar, es estar en la realidad de nuevo y repicando cráneos. 


  •  Si lo apolíneo y lo dionisíaco son los principios rectores de toda experiencia estética, la pintura  de este artista es pura embriaguez y máxima ilusión, aunque en lo concerniente a esto último se acaba contemplando y escudriñando alrededor por si estamos dentro de ella.  

La noche de Corfú no la diré;
que la sepulte el polvo de otras noches,
pues la felicidad del hombre, así vivida, 
demanda sólo muerte.
(Francisco Brines)

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