24 de abril de 2013

VIRGINIA LASHERAS (1947-2000) / MI MUERTE NUNCA ACABA


  •  Siempre hay que jugar con la ocultación y la evidencia porque las imágenes nos incitan a ser una parte activa. Se dice que el espectador habrá de concretar, de dar un sentido, de experimentar la obra con arreglo a su propia capacidad para vislumbrar sin dejarse engañar.  


  •  Por eso en la obra de la artista española LASHERAS encontramos distintas dimensiones interrelacionadas, en las que las formas abren un cuerpo interior de diferentes claves y lecturas. Una significación que no ceja en mostrar un misterio que no persigue ser desentrañado. 


  •  Percibimos la singularidad, la estructuración incógnita, el secreto, la huella, hasta el mito y la leyenda. La pátina cromática parpadea y está compartimentada, es un signo más que entraña una voz que susurra y delimita.   


  •  Si queremos que sean historias o relatos pueden serlo, pero también pueden concebirse como el instante en que el arte es un retorno sobre sí mismo, se piensa como sujeto y objeto y sobre eso no hay ni final ni ceremonia.  


  • No dejo nada, nada, furia o pez en el aire, breve fantasma
  • del mediodía sobre las nubes de cemento.
  • Cierro las puertas y la mancha de mis párpados,
  • y huyo más del cielo, descendiendo de escalón en escalón,
  • de muerte en muerte.

(Fayad Jamis).

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