15 de noviembre de 2010

AGUSTÍN IBARROLA (1930) /RECORRIDOS QUE NO TERMINAN

  • Es el instante del regreso, de la salida a la luz nuevamente. Igual que los invisibles atrincherados en los pasadizos y túneles de Cu Chi, alcanzamos la claridad en el momento preciso de seguir interviniendo y participando.

  • Y ahora me viene a la memoria el vasco IBARROLA, con el que de joven compartí un cordero a la estaca en los montes de Asturias, y que, siempre inquisitivo, ya tenía la mirada puesta en las extensiones robustas del norte, en sus orografías afianzadoras de historias y leyendas.


  • Primero, con el Grupo 57, fue el espacio y su potencial de interconexiones, su trasfondo organizativo y descubridor de matáforas cromáticas visuales que se desnudan de atrezzos. Fruto de ideas y trabajo colectivo, los planos se comunican con y desde la razón ordenada y justa.

    • Después fue Estampa Popular y su dimensión comprometida y testimonial, de denuncia de una situación vital e histórica insostenible. Rabia y dolor en esa figuración que se arrancaba la máscara, no le hacía falta porque la noche era el factor constante de esos tiempos.




      • Y finalmente se confía a la naturaleza de cara a configurar una nueva gama de hallazgos, que se conciben como objetos sensitivos y emocionales ocultos en su interior, que son valores visuales, estéticos, cuya semblanza nos permite reconocer lo que de auténtico y verdadero tienen, pues ese es el propósito de su condición a la hora de transferir todo un universo hecho para contemplar y meditar. Así lo ha querido y así es.




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