- Sobre una superficie la sustancia cromática en búsqueda de la pureza tiende a desarrollar su propia historia. Ya no es el destino que toma prestado de lo otro, de lo que está afuera, ya no, es el suyo propio. Y lo consigue dejándose llevar sólo por afinidades tonales en movimientos y trazos que tratan de tatuar su epidermis, y que también delimitan contornos que imponen freno a una lucha entre diferentes vetas.
- Lo que se inicia como un proceso de depuración se va mudando imperceptiblemente hasta desembocar en una catarsis que no logra eliminar del todo reminiscencias y evocaciones. La línea de contemplación que gesta la obra del inglés LANYON no se rompe aunque aparezca dispersa, al contrario, muestra los miles de brotes que exigen su presencia, y que se proyectan desde una masa líquida pero revuelta -condiciones del ser- a una estructurada pero intrigante.
El mundo de la abstracción es un volcán abierto y en erupción que nunca acaba de regurgitar, está ahíto de esencias y poemas sin fraguar, además de que siempre se entromete en la reverberación e irradiación con el fin de seguir agitando reflejos en la mirada.- Mi amigo Humberto y yo bajamos hoy temprano al Malecón. Con el calor que haces y tú maldices el hielo, le digo. Es que, me contesta, las maldiciones son frías, no necesitan dalias, ni pan, ni manzanas, ni verano. No son para oler ni para comer. Sólo son para arremolinarse y tumbarse, para rabiar brevemente y permanecer largo rato en silencio (Herta Müller). Ya la botella de ron se había ido sola.
- Mi amigo Humberto y yo bajamos hoy temprano al Malecón. Con el calor que haces y tú maldices el hielo, le digo. Es que, me contesta, las maldiciones son frías, no necesitan dalias, ni pan, ni manzanas, ni verano. No son para oler ni para comer. Sólo son para arremolinarse y tumbarse, para rabiar brevemente y permanecer largo rato en silencio (Herta Müller). Ya la botella de ron se había ido sola.
- Lo que se inicia como un proceso de depuración se va mudando imperceptiblemente hasta desembocar en una catarsis que no logra eliminar del todo reminiscencias y evocaciones. La línea de contemplación que gesta la obra del inglés LANYON no se rompe aunque aparezca dispersa, al contrario, muestra los miles de brotes que exigen su presencia, y que se proyectan desde una masa líquida pero revuelta -condiciones del ser- a una estructurada pero intrigante.
Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe.
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19 de julio de 2010
PETER LANYON (1918-1964) / MASAS QUE ESPERAN
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