El color da forma al espacio y a lo que genera interiormente dentro de él hasta que lo tangible y lo intangible se citen. Es una epifanía y un encuentro. Como esas doncellas aladas que surcan cielos de otros cuerpos o la capa cósmica que desvela el núcleo del misterio.
La pintura, tal como la practica el cubano GARCÍA PEÑA, nos concede cauces íntimos de exaltación y simultáneamente ansias oculares por poseer y convivir con lo que la emoción, evocando la localización de sensaciones, atrapa y da cobijo.
No es la transposición de un planteamiento visual, ni la idea eficaz que procesa y sistematiza, se trata de una realidad que el artista impide, con una perfección cifrada, que se escape. Y ha de valer nuestro agradecimiento por retener pequeñas leyendas y amores hallados, bellezas soñadas y firmamentos inviolados.
Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe.
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21 de abril de 2010
ERNESTO GARCÍA PEÑA (1949) / CONVIVIR CON LA DONCELLA
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Excelente
ResponderEliminarBoas
criações
Sensacionales obras. ERNESTO GARCÍA PEÑA parece que tiene buena relación con las mujeres, o con alguna dama en especial. Sus obras son de tonos suaves y sensuales que dan pie a volar con sus pinturas. Ha dibujado y dado color a la mujer como si fuera un santuario de la vida y del placer, que por otra parte si lo es. Pues el cuerpo de la mujer está preparado para dar vida y para dar y recibir placer. Uno de muchos placer que nos brinda la vida. ERNESTO GARCÍA PEÑA ha construido estas bellas obras del cuerpo femenino que es como un gran libro lleno de palabras sensuales y de un gran beso a la vida.
ResponderEliminarSaludos