24 de abril de 2009

MIRTA BENAVENTE




Esta artista argentina, Mirta Benavente, que conjuga distintos imaginarios y corrientes, en estas obras nos ofrece una revelación cuyo color es la fuente de una naturaleza obligada a visitarnos. Una visita que hace que la raíz de su conocimiento resida en nuestra mirada.




Es una geología u orogenia que nos conduce por pasadizos y recintos interiores que ahora han encontrado el momento de manifestarse al localizar un cerebro que procesa y unas manos que ejecutan sabiamente el destello, las sombras, los resplandores, las tormentas, los vientos que iluminan, las tinieblas que atraen, los abismos de clausura.




Nos deja contritos con este fulgor e irradiación, cualidades inherentes a la coronación plástica de una naturaleza que preserva lo infinito y nos concede a cambio la limosna de lo finito. Mirta, con su indudable habilidad expresiva, ha robado algo de ese eterno, lo ha dotado de poder y después ha conseguido que el reposo preciso sedimente lo creado.




Un habitante nonagenario del malecón nos cuenta a Humberto y a mí la historia de su construcción. El primero de la saga omnipotente ordenó poner las piedras, y cuando se acabaron dispuso la colocación de más obligando a sus habitantes a la realización de horas extraordinarias durante los sábados. El que le sucedió, al terminarse de nuevo los cantos, mandó fusilar a la mitad de los habitantes y forzó a la otra mitad a poner unos nuevos. El siguiente, como se le agotasen de nuevo, exige que se desmonten los últimos y se instalen delante. Y, por último, el actual resolvió que le pusiesen abanicos y los habitantes estuviesen danzando constantemente encima de los hoyos y zanjas para que no se viesen. Hasta hoy. Nosotros, en lugar de bailar, salimos corriendo.


2 comentarios:

  1. Estimado Goyo,

    Realmente me siento muy agradecida por el privilegio de su comentario.
    Su mirada sensible y entrenada nutre, completa y enriquece el trabajo de los artistas.
    Un gran saludo.
    Mirta

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  2. Muchas gracias, Mirta, ha sido un verdadero placer.

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