7 de julio de 2011

FEDERICO GUIDA (1969) / CÍRCULOS CERRADOS


  • El abismo de una duda, la ansiedad del caos, la confusión figurada para expresar la confusión expresa y así una mayor autenticidad.


    • El círculo humano de lo plástico se va cerrando en esas caras, en esos cuerpos que no tienen historia, únicamente una inmovilidad en la mueca, en el pensamiento visual, en la contracción presente y en la dicha o desdicha futuras.




      • No hay que entender al italiano GUIDA sino contemplar la materialización desde la que ejecuta y desarrolla, desde la que conforma la introspección de un semblante o una escena.




        • El espectador ya no necesita declaraciones ni testimonios, sólo una iconografía de señales inequívocas, en las que la pintura transpone la marca esencial, el nexo que desenrolla el metafórico círculo que necesita abrirse para desentrañar la formulación artística de tiempo y destino.





          • Fijémonos bien y sirvamos a ese descorrer de la suerte, que no quisiéramos que se fuese sin una versión entre tantas deudas y dudas pendientes con nuestro entorno y con lo que resta cada día de serlo.



          • Se va del salmo al llanto,

          • del llanto al grito,

          • del grito al veneno....

          • ¡Arre! ¡Arre!

          • ¡Y se gana la luz desde el infierno!

          • (León Felipe).








1 comentario:

  1. Me gustan estas esculturas. La primera muestra la cara de un gran hombre apesadumbrado por la oscuridad del mundo. Es como si le pesara tanto, que no quiere mirar atrás. Intenta mirar hacia delante, aunque aun sus ojos no quiere abrirlos mucho para que no le de la luz cegadora que tanto tiempo le tuvo en penumbras.

    La segunda obra de la mujer y el niño/a da la sensación como si el autor nos quisiera contar que las mujeres traen a sus hijos al mundo. Un mundo que cree que será como las aguas mansas de la laguna en donde han estado 9 meses. Pero las aguas de este mundo son como de las ciénagas, a veces podridas por algunos seres mal llamados humanos. La madre dura con los brazos rodeando su cabeza, que trae al mundo criaturas, y no puede labrarla su futuro, dejando sin más remedio a merced de que el mundo las vaya formando pues ella las pare, pero no puede proteger de por vida.

    La tercera obra, es un hombre grande, gigantesco pero hombre al fin y al cabo. Lo que tiene de hombre adulto, lo tiene de sumiso. La vejez le pesa.
    La cuarta obra es una sonrisa forzada. La negación de no querer ver la realidad de la vejez. El color del fondo carga la imagen de melancolía.

    La quinta obra, el autor nos quiere dar a entender, que por mucho que la mujer se lo proponga, no logrará volar con seguridad. Pues sus alas son como pequeñas aspas imposibles de levantar vuelo. Todo lo más, dar aire al mundo.

    Ya sé que seguro no es lo que el autor ha querido expresar, pero una servidora es lo ve a traves de estas obras de FEDERICO GUIDA.

    Saludos

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