29 de septiembre de 2010

PIER PAOLO CALZOLARI (1943) / SÓLO ES UN MOMENTO

  • Si todo es efímero, incluso el arte, tomemos materiales fugaces, precarios, orgánicos, consumibles. Y si el arte no sólo es inmutable sino una trasposición, que por cierto ya es difícil de encontrar, levantemos la falda al maniquí, encendamos las velas y hagamos un funeral, con brindis y efectos especiales.

    • En alguna parte leí que la estética debe ser un estado de crisis continua entre la inteligencia y lo sensible, entre el conocimiento y la realidad. Además de verdades hay posibilidades, ¿cómo no?
      • Pero para el italiano CALZOLARI es la hora del agotamiento de nuestro sistema de referencias, con tal motivo alumbra la vacuidad con lo primero que ha hallado. No sólo eso, raspar también la madera por ver si detrás está la gruta o hacer fuego para chamuscar el dintel de entrada avisando que se ha quemado la salida.



        • Puede parecer que existe un consenso tácito sobre lo de que la obra de arte es una peculiar materialización producida por las relaciones entre el hombre y su mundo. De ser así, al autor se le ha quedado algo pequeños ambos sin merma de unas concepciones muy grandes.




          • Difícil posición, pues, la del que anda buscando confluencias (¿o insistencias?) para construir (olor a manifiesto), porque si de lo que se trata es de forjar símbolos de una redención, todavía siguen a la espera.



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