- En una pintura como ésta del cubano NAYA caben muchas otras, las resonancias se extienden por una zona y por la otra, por un reverso y por el anverso. Especularemos de por donde han salido, cómo es que tienen esa belleza que proviene del mismo universo que el nuestro y tal vez acaben seduciéndonos con tanto misterio desconocido.
- La plasmación cromática, tan sutilmente ejecutada y ajustada al espíritu de la obra, nos introduce en toda la dimensión de lo representado, calibrando los distintos elementos que han de asociarse a unos sucesos fantásticos a los que les pedimos un refugio y hasta un retorno.
- También está presentes el nacimiento, la violencia, la pasión, la lucha titánica, el mito y hasta es posible que la reencarnación para los que estamos fuera y queremos estar dentro. Es una iconografía irrepetible e irreconocible, pero que tiene un aura aparentemente indestructible, una visión hipnótica y una sinrazón imprescindible.
De la mar el precepto,
del precepto al concepto,
del concepto a la idea
-¡oh, la linda tarea!-,
de la idea a la mar.
¡Y otra vez a empezar!
(Antonio Machado)
- Estos dibujos del uruguayo ARTIGAS sientan otra condición de la forma aunque en realidad ya la habíamos vislumbrado desde la Edad Media, si bien su evolución nos proporciona otra dimensión y otra ortografía.
- En sus distorsiones, imaginería y formulación son de una calculada destreza y de método sólido y compacto, y en sus connotaciones y denotaciones cabe sopesarlos como una imaginación que se nos desvela en su revés, que al mismo tiempo es el nuestro.
- Reúnen todas las características de un relato fantástico y tenebroso, cuyos personajes son feos, horribles, deformes, pero cuya realidad plástica tienen conferida por el hecho de su credibilidad y autenticidad, por su legitimidad y su brillante concepción. Esa es precisamente la belleza de su visión y la coreografía de su pasión.
-Nuestro español bosteza.
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
-El vacío es más bien en la cabeza.
(Antonio Machado).
- La diáspora ha marcado las vivencias de todos los artistas cubanos, como si a la hora de retomar la práctica y el ejercicio de su quehacer la tuviesen como un santuario de cicatrices sin cerrar y que además precisasen tatuajes para ritualizarlo más.
- Desde esa óptica la ambivalencia de BARCELÓ es su razón decidida en pos de planteamientos oscuros, flagelados, deshilvanados en su pintura, lo que en lugar de hacerla más opaca y raída, la convierte en una fuerza existencial de simbolismo rasgado, íntimo y condenado.
- Es indiscutible la desazón que se desprende y domina a su obra, que se refugia en los efluvios plásticos de una soledad traicionada, de una inocencia puesta a prueba por el yunque y el martirio. Después no resta más que desgranar sus vidas sin tanta historia y ceremonia.
El hombre sólo es rico en hipocresía.
En sus diez mil disfraces para engañar confía;
y con la doble llave que guarda su mansión
para la ajena hace ganzúa de ladrón.
(Antonio Machado)
- La pintura del cubano VIZCAÍNO es cruel pero también un simulacro del que parte de una visión descorazonadora y sarcástica. El factor mecánico enmarca la superficie, le da base y contenido y es una trampa que se tiende a la mirada a fin de implicarla en un sacrificio de mentiras y desconfiada realidad.
- Para lo cual sólo se necesita el mecanismo adecuado y el eje que haga la función de vertebrarlo como una apariencia, una tortura, una inquisición, hasta sus últimas o penúltimas consecuencias, como sería el hecho de que el cerdo devore al torero y sea premiado en El Malecón.
- El mismo artista se hace la pregunta, la establece, la pinta, la configura, pero hasta ahí llega porque ¿de qué serviría la respuesta? De nada. Y, por el contrario, la pesquisa está bien planteada, ilumina, da claridad al hecho de que el concepto de arte es el juez y también el instrumento con el que absolverlo o condenarlo.
Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que no se puede aprender.
(Antonio Machado).
- Soy consciente de que el español REGUERA es una fuente inagotable de lucidez, intuición y perspicacia en su obra sobre la abstracción. Lo mejor, por cierto, es que no pueda mensurarse, sería una labor sin premisas ciertas y con conclusiones falsas.
- Pero lo que sí puede afirmarse es que este artista es uno de los mejores abstractos europeos, quedándome quizá corto, un hacedor impenitente de esencias con las que contemplar un artificio visual que es luz y júbilo. Y vida de la pintura, nunca mejor dicho, que se nos da en concierto de espacios abiertos al sueño y la meditación.
- Ha de tomarse nota de que estas obras pertenecen a su próxima exposición en la galería Karin Weber de Hong Kong, que tendrá lugar a partir del próximo mes de septiembre. Yo no podré estar allí pero la suerte es saber que un día alguna volverá y actuará sobre nosotros, lo mismo que ya lo está haciendo con sólo vislumbrarla a través de este medio. Un abrazo.
Tan pobre me estoy quedando,
que ya ni siquiera estoy
conmigo, ni sé si voy
conmigo a solas viajando.
(Antonio Machado).
- No es que la portuguesa RESENDE crea que la abstracción sea una redención sin agotar, que en eso hay algo de razón, sino que su aprendizaje pictórico la ha llevado a ese quehacer emocional, constituyendo en sí una práctica indeleble.
- Esta artista entiende que la gama cromática es una vía imperecedera, que el color ha adquirido y siempre está adquiriendo una fisonomía lírica que hace viva la forma de ver y regenerar la mirada. Lo que denotan estas obras es una sonoridad de sueños cuando son realidades que envuelven y cubren.
- Y tampoco las superficies se deshilvanan en caos polvorientos, sino que se armonizan y conciertan en capas que reposan desde la percepción buscada, conformada, hasta hallar la simbología de la vida que anida en ellas a partir de la elaboración de estas urdimbres que afloran con la razón del sentimiento.
Vive, esperanza; ¡quien sabe
lo que se traga la tierra!
(Antonio Machado)
- Decía Walter Benjamin que todo lo que la historia desde el principio tiene de intempestivo, de doloroso, se plasma en un rostro; o mejor dicho: en una calavera. Y en el caso de CABELLUT, pintora insustituible y que ya empieza a ganar una considerable proyección internacional, se cumple la estrategia de reemplazar la virtualidad por una realidad de la que soy incapaz de medir su materialidad.
- Cuando contemplo su obra - y esta es la segunda vez que la incluyo en mi blog - he de poner las palabras de Enrique Andrés Ruiz cuando señala que la pintura nace porque no tiene principio ni origen (porque es una anarquía), nace individualmente, nace, por decirlo así, individuo a individuo, o lo que es lo mismo, pintura a pintura.
- En su nueva obra no desaparecen los rasgos fundamentales que la han convertido en el ser mismo de la pintura: su fuerza, su energía, el hechizo de una verdad total, la pasión, una férrea voluntad en una ejecución sin fisuras, un imaginario que no ha desterrado lo que vaga sin descanso, una emoción maldita depositaria del miedo y de la finitud, una fantasía iconográfica que no ceja en la consecución de una inmanencia.
El loco vocifera
a solas con su sombra y su quimera.
(Antonio Machado).