- Ante todo señalar que la visión pictórica o escultórica nos protege contra la invasión del arte conceptual, ese que está constituido por procesos repetitivos e inmisericordes de pensamientos ciegos que persiguen lo sublime de la nada.
- Y ahora referirme a que hay una nueva oportunidad de reencontrarnos con DANIEL SUEIRAS con motivo de la exposición actual de su obra en la galería Marita Segovia de Madrid. No es para perdérsela aunque la juzguen abominable (en ese caso todavía les será más inolvidable).
- Debo confesar que tengo una marcada inclinación por el trabajo de este artista, por ese sueño de la pintura y la escultura que produce monos (bien es verdad que Francisco Rivas pronunció esta frase remitiéndose a otro contexto).
- Pero es que ha agarrado lo que nadie o casi nadie había blandido y conseguido, y con tal perfección de procedimientos que al encajar las piezas en la mirada precisamos una visera a fin de que no nos causen ceguera o obnubilación. Ya no sirve lo fácil, la alusión amañada, el cuento de que la ficcion se ha hecho realidad, etc., no, nos dejemos caer por esos trillos, al contrario, sean o no antropomorfos, sean o no facciones cazadas, establezcamos una comunicación con ellos, no engañándonos, pues su excelencia y pureza es mayor que la nuestra y merecen un lugar o morada, además de nuestra devoción y el ser objeto de su sarcasmo.
- Con ellos nunca será posible lo que decía Borges, que el olvido es una de las formas de la memoria, puesto que atesoran lo más inmensa, aquella que es memorial de agravios y desdenes y auténtica biblia de almas desconsoladas, no como las humanas absorbidas por la sangre.
- Por lo tanto, el creador nos ha proporcionado un bestiario sacro y mitológico para tenerlo cerca y contemplarle en días de fuego y muerte. Gracias.
- Incógnitas palpitan, se afilan, arden, claman
- En la más anchurosa desolación desierta.
- Y a través de lo oscuro, tú, criatura, clave.