- ¿Pueden la forma y el color, libres de todo propósito representativo, ser articulados en un lenguaje de disertación simbólica? Pues diría que ambos son ya símbolos en todo momento desde su origen, dado que constituyen imaginarios alegóricos de una realidad concreta.
- Y sí, claramente, la obra del francés FICHET conlleva la ausencia de patrones compositivos y formales, pero es que su abstracción, etiquetada como lírica, es un canto a la pasión por la vida.
- El color desparramado, voluble, escindido, transfigura la materia posada, el soporte, la concatenación de causas y efectos, la emoción de compartir vivencias en una síntesis de luz y de sensaciones que penetran en el ser y lo visten con su poesía.
Llegaste a viejo cual se llega a ser
la luz delgada del amanecer.
(Carlos Bousoño)
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