- El alemán TEXAS revierte los términos de la vida y para ello su imaginería perturbada enseña los dientes más afilados. Fustiga a una sociedad cuyos monstruos se han hecho poseedores de los cánones de la belleza y la ética. Y a partir de ahí todo se descabala.
- Sus obras y su alineamiento técnico-formal tienen la precisión de un bisturí y se atienen a las referencias de una época medieval contemporánea que trastoca principios y certezas. Con tal focalización se sacralizan la violencia, el odio, la lucha, la guerra y la muerte. El cromatismo negro es el rey caníbal que quiere absorberlo todo.
- Pero nos ampara la distancia, el espacio, la dimensión, así no podrán saltar y solamente querrán ser observados mientras juegan, ya que el trasfondo no es milenarista sino sencillamente la celebración de una diversión entre el pensamiento y la plástica, entre la plaga que nos llega y la locura que nunca se va.
Quien tiene el rabo de paja, no se arrime a la llama.
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