19 de julio de 2017

KATRIN FRIDRIKS (1974) / ¿MI AUTÉNTICA ISLA?


  •  Albertí ya nos advertía que un conocimientos de las leyes de la óptica colocaría al artista en posición de lograr mejor la producción de efectos sensibles, puramente estéticos. La islandesa FRIDRIKS, en los albores del siglo XXI, ha ido a buscarlos aunque después incluso se le escapasen por las rendijas.  Eran demasiados. 


  •  En realidad, su percepción no engaña, son explosiones de todos los colores posibles, que incluso dejan que un espacio blanco en ocasiones se deje ver. Fluidos, líquidos, formando brisas o tumultos, rompiendo y climatizando de esa forma a su isla.  


  •  Es sacar hacia afuera otra atmósfera, darle una impronta plástica extrema y confiar en que su visualidad conforme una relación nueva con el espectador, que se ve abducido por este embolsamiento que guarda misterios en su interior. 

Y este género de fracaso  era entonces y sigue siendo ahora la garantía de un renacer más completo.
(María Zambrano)

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