13 de septiembre de 2014

NAHUM ZENIL (1947) / QUIERO SER UNA LEYENDA


  •  Soy un homosexual desvalido y despreciado,  soy humano y soy divino,  he sido crucificado y resucitado, soy artista y mexicano, soy revolucionario y fervoroso pacifista, me pinto y no me canso de hacerlo hasta reconocerme y provocar el asco, el perdón o la total aceptación.  


  •  Ya Alfredo De Paz decía que la obra de arte realiza en la forma una unidad orgánica entre la subjetividad del hombre y la objetividad de la realidad externa, entre la posibilidad humana y su situación concreta en el mundo.


  •  Efectivamente, ZENIL conjuga ambas vertientes tan lapidariamente que al final es una sola, que de tantas referencias estilísticas conforma una única, la que se hace insoslayable, plena de significación, ya sea vital, sexual, religiosa, profana, evocativa, narcisista, antropológica, etc.  


  •  Es una plástica que desatará sentimientos y apreciaciones de todo tipo, que no dejará indiferente a nadie que la vea y la contemple, incluso que se sienta implicado de alguna manera en ella, ya sea pasiva o activamente, por lo que quedará para siempre como una sombra o una iluminación.  

Está en un puerto. ¿Un puerto? Yo he conocido un puerto.
Decir, yo he conocido, es decir: Algo ha muerto.
(Raúl González Tuñón)

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