- Me cuenta ALBERTO REGUERA, uno de nuestros artistas más internacionales, que asumiendo su compromiso humanitario en su doble condición de ser humano y creador, ha donado, junto con otros autores, una obra para el WAR HUNGER GROUP (WHG) de la OCDE con el fin de recaudar fondos de apoyo a micro proyectos destinados a los estratos más pobres de las poblaciones en países en desarrollo.
- Su obra, una sinfonía cósmica que divide la composición entres franjas, deja ver un imaginado paisaje cósmico, no solamente por las cuestiones derivados de sus aspectos formales centrados en esas texturas ricas en pigmentación, rugosidades, asperezas y demás elementos sino por una orografía que nos enmarca dentro de un universo del que debemos extraer tanto sus radiaciones estéticas, como físicas y metafísicas. ALBERTO, en esos sondeos espaciales y cromáticos que definen su trabajo, siempre está abriendo puertas hacia uno u otro confín, con lo que consigue la formación de encuentros con otras realidades desconocidas. Es un buceador en busca de formas y maravillas que ya no tiene remedio, y esperemos que nunca lo tenga.
No sé quién soy, ni sé para que existo.
Crece ante mí la flora del espanto.
Y el temeroso paso que adelanto
las losas pisa de un dolor previsto.
(Conrado Nale Roxlo)
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