9 de diciembre de 2013

PAULO DAMIÂO (1975) / NO OS VAYÁIS


  •  Decía María Zambrano que el rostro humano es el lugar donde la naturaleza, el cosmos entero, sale de su hermetismo. Pero éstos del portugués DAMIÂO todavía están a medio camino, aunque no por ello dejamos de sentir su escrutinio a la par que el nuestro. 


  •  ¿Qué piensan y qué evocan? Parecen fantasmales, translúcidos, pero no lo son, son realidades que tiene su origen en una concepción acabada, plásticamente sellada y sublime, de una cita en la que se invocan los rasgos de una lírica que se pinta ahora como conjuro, como exorcismo de quien era y ya no es.  


  •  Facciones de mujer que logran transmitir el lamento de ese hermetismo que nos las deja salir plenamente, que las enclaustra y las asusta, por eso sus ojos tratan de ver lo imposible, trascender la memoria, y sus labios romper el silencio. Obras que nos hablan en unos términos muy concretos de unas secuencias entre la vida y lo que semeja a la muerte.    

Mi memoria arde en la sombra
y quema: quema como la yesca
el martillo de mi memoria
que me dice que no soy, ni he sido,
que soy como alguien escupido
en los labios del presente.
(Leopoldo María Panero) 

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