- A mí me parecen talismanes o amuletos que aparecen en las desidias de unos orígenes que se resisten a ser entes puramente físicos.
- ¿Cómo ha conseguido el artista español Román Vallés sacarlos a la superficie? No lo sabemos ni se lo vamos a preguntar, ni tampoco es necesario. Hay una transmutación de la materia y del color, de las formas y texturas que roturan la superficie, la siembran de semillas genuinas y aguardan la purificación porque ella es la única que puede potenciar el pálpito plástico hasta su fermentación.
- Lo biomórfico de estas obras surge como una presencia benéfica, encantadora y soñadora, que nos brinda a la mirada la visión de un objeto dotado de cualidades y propiedades que hacen del misterio de su génesis una legitimación estética de lo ejecutado y percibido como una maravilla tectónica.
Amigo Humberto ¿cómo se te ocurre seguir el ejemplo del pintor norteamericano Donald. K. Hoster, que envió a una exposición oficial en Los Angeles un cuadro hecho por una docena de gusanos puestos sobre la tela después de empaparlos de pintura? Pues a mí me lo han aceptado, me contesta, porque en lugar de gusanos había utilizado unas urracas jineteras.
Roman Valles es un genio que no deja de crecer y un pintor a tener muy en cuenta hoy y en el futuro.
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