5 de octubre de 2013

AMABLE STERLING (1943) / ME ENCERRÉ EN LA VIDA


  •  Remitirse a una impronta renacentista en su obra es la parte de un todo que nos llena de una visión de fuerza y dolor. Ya no es aquel cielo sino éste, ya no son aquellos personajes sino éstos los que tienen su identidad marcada en la piel de sus muslos arlequinados. Identidad humana pero infiel.


  •  También es el dominicano STERLING un gran muralista que sabe conjugar espacios, historias, vidas, hechos y los efectos que de ello se derivan para que el espectador vea reflejos de sí mismo y de sus orígenes. Es la dicción que no se oculta y no confunde.


  •  Pero ante todo, es un autor que con esos azules delata la existencia frágil del hombre, la desnudez propia que es incapaz de comprender, de saber dónde está, qué hace, la razón de encontrarse así, de no ser más que un cuerpo errabundo y flotante al lado de monstruos que son sus dobles y se manifiestan como sus verdugos. Plástica existencialista que en su reflexión contiene una locuaz  y detonante configuración.     

los fantasmas no aúllan
y las lágrimas al caer se transforman en piedra
(Leopoldo María Panero)

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