- Sobre una abstracción que hace de la cabeza su silueta, la mente se puebla de referencias visivas de tiempos y lugares que el británico KIM WHITTAKER deja de ver como un juego existencial de evocaciones que han quedado en la memoria.
- Lo exterior no tiene apenas forma pero sí un color empastado que goza de su delirio plástico, mientra el interior es una simbología del pasado que ha sobrevivido y se ha enquistado como un reclamo en un subconsciente que lo ha apadrinado como sueño.
- Por tanto, estamos ante una pintura polisémica, cuyas virtudes expresivas indagan sobre el sentido y fin de una obra, acerca de sus hallazgos y la manera de sacarlos a la luz como medio de manifestación emocional de su autor.
Abre esa mano tuya sobre el mundo asustado,
sobre la cripta de terror inmóvil;
ahuyenta los nocturnos fantasmas interiores.
Estamos solos todos, sentados a la cena.
(Pablo García Baena)