2 de enero de 2013

JOSÉ EMILIO FUENTES FONSECA (1974) / EL ELEFANTE CUBANO


  •  Un día los elefantes se fueron a La Habana a conocer el resto de sus congéneres isleños. Caminaron entre la rumba y el son por toda la ciudad, y hasta se acercaron al Malecón a saludar a una libertad monótona y soñolienta.    


  •  El cubano JOSÉ EMILIO FUENTES rebosa iconología en todas sus producciones. Su análisis a la hora de maquinar sus proyectos no se para a sopesar considerandos si la función ha de empezar y debe sorprender. Sus "ídolos" son óbolos y no carecen de la índole de los adeptos y de los idilios.     


  •  Se suma con sus obras al éxtasis de una tierra que para vivir con quimeras se apunta a los desvaríos y sus libretas, y se engancha a las fantasías de unos habitantes que han hecho de la enajenación un milagro y del despropósito un caudal de emoción. Así ya se puede conducir un discurso sobre el arte solamente en una especial, muy especial parte. 


  • NOCHE. Y alba. La aurora
  • no se atreve. Vagones
  • con el alba parada.
  • Mugidos con el alba 
  • parada. Y sacos grises.

(Luis Felipe Vivanco)

26 de diciembre de 2012

ALEJANDRO CAMPINS FLEITA (1981) / TIRO DE ESAS CUERDAS PARA PINTAR


  •  La pintura en el caribe es parlanchina y describe sus propios silencios con el color más pagano. Si hay que empastar, se empasta, si las texturas han de cerciorarse de un desaguisado, que lo hagan, después salen más renovadas, con más frescura.  


  •  Lo importante es que el espectador vaya en paralelo, se enjuague y se compenetre con ese ilusorio que le cubrirá de sensaciones que cortejan al repudio y pensamientos que cohabitan lo salvaje. La imaginería plástica salta de rama en rama, carga las tintas y desparrama las materias pigmentos y fluidos hasta disecar las piezas.  


  •  La obra de este joven cubano, CAMPINS, es otro repertorio de la alegoría que cada artista isleño tienen en su sangre, que registra y registra hasta hallar esa luz total que se regenera aunque la muerte de ese cisne sea el mito fúnebre que la haya engendrado. Ahora será el último, mañana tendrá que ser otro.


  • Diseminados, lejos los unos de los otros,
  • sin cartas, sin posibles citas junto a los libros,
  • sin mesas para estar en torno, sin palabras,
  • sin mujer de que hablar, sin vasos y sin vino...

(José María Souviron)

20 de diciembre de 2012

RUFINO DE MINGO (1953) / LAS MEMORIAS DE MI ENCIERRO


  •  Hace un año le dediqué a RUFINO DE MINGO un post porque consideraba que su obra  entre lo primitivo, lo transgresor y lo simbólico marcaba señales imposibles de no ver. Estaban ahí para ser derrota exaltadora conforme se apuntaba en su contexto hacia una pírrica victoria en otros órdenes intrascendentes. 


  •  Hoy es con motivo de su exposición actual en la Vidriera de Verona en Madrid, cuya presencia activa nuestras capacidades para integrar ese acervo antropológico, expresionista y mitológico en una contemplación contemporánea.


  •  Sus esculturas, cuyo pequeño y mediano formato denotan la más precisa esencia de la significación, son fruto de tocar la carne secular, de sentir en un trasmundo y de que hay un misterio de cumplimientos pendientes.    


  •  Son como trasgos yertos pero no ciegos, que atesoran la piadosa dignidad del mensajero, invitándonos a entrelazar miradas y actos, identidades y visibilidades estatuarias. No postulan arengas ni templos, están a la espera de que los que murmuran se queden sin cielo, pues ya es hora descolgarse de ese espejo que guarda la navaja en nuestra ausencia para tallarnos como si hubiese un horizonte más, además de una carcajada en el polvo.   


  • RUFINO es un compendio y una recopilación, eminentemente más escultor que pintor, que explora desde el interior, que viaja sin aditivos, que involucra el ser en sí mismo y consigo mismo, y que ya no tiene más remedio, a pesar de los pesares tan ingratos y encarnizados, de continuar con la cinceladura alegórica de sus esfinges. Muy buena y mejor suerte le deseamos y que sea el presente y no la posteridad la que venga a su redención y liberación.


Los pasos, los verdaderos pasos en la espalda
del cielo, el eco de cada paso,
es una medida que se prolonga en una huella, 
y en una penetración que nos regala
la ceguera de la marcha.
(José Lezama Lima).   

19 de diciembre de 2012

JOSÉ LUIS ALEXANCO (1942) / NADIE PIENSA EN LO QUE VA A VER


  •  José Luis ALEXANCO, uno de nuestros más sobresalientes históricos de la pintura del siglo XX española, expone en la galería BAT-Alberto Cornejo de Madrid, manteniendo sus presupuestos teóricos y plásticos desde unas coordenadas visuales que enlazan pasado y presente.    


  •  Los signos, las líneas, los arabescos, los emborronados y los falsos compartimentos constituyen junto con los diversos efectos del color superpuestos en sucesivas capas y texturas dentro de la superficie pictórica plana el contexto para dejar fluir los presentimientos de acontecimientos únicos y singulares.  


  •  La mirada se sujeta a una dinámica de observación paralela a la dinámica interna del lienzo, pues no es una pintura de reflexión sino de sensación, en la que el lenguaje cromático, abierto a multitud de variantes, de estructuraciones y de encuentros, se descompone en formas y urdimbres que tienen una infinidad de matices y azares, cuyo fin es crear toda una vida interior.   


  • Decía Kandinsky que esas formas abstractas  (líneas, superficies, manchas, etc.) no tienen importancia como tales, sino fuese  únicamente por su resonancia interior. En la obra de este artista está toda ella en plena germinación, fraguando el destello del sentir con la visión horada por la luz que se hace vivencia del color.



  • Ese crujido, naciendo en otra puerta, 
  • se deshace en las preguntas de una muerte.
  • Ruido de otro total se perdería,
  • si no fuese universal la carne de la tela.

(José Lezama Lima).  

17 de diciembre de 2012

ALAIN URRUTIA (1981) / LA CARNE TIENE HUMORES MORTALES


  •  Rostros, gargantas, cuerpos sin luz, ésta se ha apagado porque el cierzo de la muerte no es resplandeciente. Un ritual de secretas soledades, de carnes descubiertas ante un metafórico cristal  y de unas sombras que quisieran ser huidizas. De la muerte revierten los diamantes de la postrer mirada que se lleva el gran río (Lezama).     


  •  No hay otra opción para esta pintura que esta tenebrosidad que la convierte en un espejo del que no queremos el cristal, porque rapta el tiempo, la finitud, la degradación, la violencia y la extinción, y después se aposenta en el que llevamos como mirada.  


  •  Una creación, que en un joven artista bilbaíno como URRUTIA, sorprende por la fuerza y magnitud de sus imágenes, por encontrar la configuración adecuada, más rigurosa, más insertada en lo visivo existencial, en lo que es ahora y será siempre, en la fragilidad y vulnerabilidad construidas con una visceralidad y al mismo tiempo una sobriedad maestras. Ese tocado es la luna de nuestra lobreguez.      


  • El jabalí extiende el grito
  • de su boca torcida.
  • He entreoído el envío de su muerte, 
  • pero envía las doce flechas de sus horas
  • sobre la piel que no se escoge
  • y unos dientes que mastican la raíz
  • del río y de la torre.

(José Lezama Lima). 

15 de diciembre de 2012

ANTONIO BUENO (1918-1984) - MAÑANERAS DEIDADES

  •  Un antivanguardista declarado se manifestaba ANTONIO BUENO, nacido en Berlín y fallecido en Florecia. Si bien, pensándolo desde otra perspectiva, lo era de otra forma  y con otra delineación de la intuición y del pensamiento. 
  •  Sus madonas, permítaseme esta licencia, son un aglutinante clásico y contemporáneo, una deriva que ha arribado a esta síntesis o sinopsis, representación de un juego con la historia del arte y con el ensachamiento de sus fronteras, engalanándolas con auras de oro y fuego.
  •  Quizás ya me haya encontrado con esta obra antes y al verla de nuevo, vuelvo a sentirla y admirarla con la misma perplejidad con la que la contemplé la primera vez. Porque no hay ninguna transmutación que no sea la del original, que no reivindique la pulcritud clásica y el apunte moderno, la mundanidad con la mirada recíproca en silencio. Al final es un misterio sin desvelar que debe seguir así, tan desnudo.   
  • Redondez pasajera
  • prisionera en sus viajes
  • de inútiles mandatos,
  • alabanza a la fábula
  • del riesgo marginal.
  • Y las fresas reforman
  • los olvidos más puros.
  • Pureza del dormido.
  • Pureza del sonido.
  • Más allá de la aurora
  • dormidas hojas oyen.
(José Lezama Lima). 

12 de diciembre de 2012

GIANFRANCO BARUCHELLO (1924) / MIS RECUERDOS DISECADOS

  •  Estos cajones y sus contenidos son los símbolos de todo lo que una vida anda buscando, preguntando, experimentando o ya ha perdido. O simplemente objetos, signos, grafías con los que enlazar metonimias que estaban a la espera.
  •  De cara a las intenciones del autor, el italiano BARUCHELLO, son pizarras que además de estar ideadas como un marco plástico determinado y táctil, desarrollan vivencias formuladas con la más amplia concepción de un lenguaje de lectura dispersa, minimizada para que el espacio aglutine más mensajes.    
  •  Son puzzles que no necesitan encajar las piezas, son así a propósito para la que la mirada  gesticule entre unas y otras y no adivine sin más lo lúdico o incluso trágico en cada una de ellas, en esos rompecabezas que son una verdad que fabrica ficciones. Sin duda alguna, el delirio también hace descansos reposando en la minuciosidad de lo que escoge y según el contexto en que lo utiliza.     
  • Pulseras, jacintos de torso acribillado,
  • de torsos embistiendo las estatuas
  • y de toros nadando por las fuentes
  • y por el halago del aire.
  • ¡Pero mira qué aire!

(José Lezama Lima).