29 de mayo de 2019

MIRKO REISSER (1971) / MIS MUROS HAN DEJADO DE SER VÍRGENES


  •  Parece que están en movimiento debido a no poderse estar quietas ni encerradas cuando todo el espacio es suyo, incluso con la posibilidad de cambiar de naturaleza plástica en el transcurso de una creación pensada para manifestarse.


  • Son tramas de potente enunciado, casi flamígeras, fuertemente articuladas, pero que desean expandirse en distintas direcciones. Son como artificios conquistadores más allá de su horizonte y de nuestra mirada, portando un halo seductor a través de líneas y estelas cromáticas.    


  • No obstante, al final se detienen y marcan unos confines -los cuales, no obstante, pueden sobrepasar en cualquier momento-, porque como advertía Schiller, una obra hecha para el ojo halla su perfección únicamente dentro de los límites de la visión.  

Me dejé llevar por las tormentas
y todas se durmieron a mi lado.
Una a una.
(Tomás Martínez)

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