24 de abril de 2019

JOSÉ GARCÍA CORDERO (1951) / EL SILENCIO DE DIOS


  • Palabras de Martin Haidegger que afirman que la realidad efectiva se torna objetividad, la cual, a su vez, pasa a ser vivencia. Así es la pintura del dominicano CORDERO, que va más allá de una realidad concebible y objetiva.  


  •  Sus obras son la alegoría plástica de una existencia maldita en un territorio sumido en un mar que oculta monstruos. Él los desoculta como seres reflejos del hombre, aunque éste al verlos se oculte en ese caso mediante artificios y simulaciones. 


  •  No hay templanzas ni meditaciones, el pathos es expresar la inmensa voluntad de una supervivencia en espacios geográficos que son incapaces de contener el suave discurrir de unas vidas en paz. 

Y sonrío
por jugar con las bajadas
que me convierten en el mismo río
con las muñecas sangradas.

(Tomás Martínez)

1 comentario:

  1. La magia de los paseos que nos presentas es fascinante.
    En la de hoy, avizoro el agujero negro que atrae a los temerosos agrupados, incapaces de otras actividades creativas. De tal guisa, los lobos agresivos encuentran el campo abierto.
    Como contraste, es una llamada a la conquista de la dignidad propia, de la cuota posible de libertad; entresacada de los gestos feroces.
    Saludos cordiales.

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