11 de abril de 2019

DINA WAKEFIELD / ¿IMPORTA LA LUZ DEL TIEMPO?


  •  Decía Clive Bell que las formas significantes valen por encima del tiempo y el espacio; poco importa si una obra de arte fue creada en París anteayer o en Babilonia hace cincuenta siglos. El mismo criterio de calidad, la emoción estética, sirve para el arte antiguo y el moderno. 


  •  El trabajo de la australiana WAKEFIELD es de anteayer y se agarra a un proceso de depuración, de desnudar al arte de todo lo superfluo o ajeno (Clement Greenberg), de plasmar horizontal, vertical o diagonalmente unas masas cromáticas líquidas de luces y sombras.   


  •  Están impregnadas de una poética marina que engloba afluentes, corrientes, flujos, que desarrollan su propia dinámica de vida, que destellan en silencio bajo la superficie, que trenzan y destrenzan, que se confían plenamente al movimiento plástico que continuamente las impulsa.        

Gritos de placer 
en las paredes sin puertas del infierno.

Gritos a la vez, y dos docenas de hombres y mujeres
bien hambrientos.

(Tomás Martínez)

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