26 de junio de 2018

MARY WEATHERFORD (1963) / LA LUZ HACE QUE HABLEN


  •  Obras como metáforas de encuentros en una fase en que las cenizas se espesan, trazan una morfología sin forma, se construyen como oleadas turbias, con un espíritu pirómano que encarga su propio retrato visual. 


  •  Así la californiana WEATHERFORD, para no ser engullida en el abismo de su propia creación, instala rayos de luces que horaden la negrura, la desoculten y la pongan al descubierto y al servicio de la mirada.  


  •  Ante lo cual, las sensaciones en esas superficies con esas líneas de destellos luminosos y cromáticos, en esas orografías telúricas, es no sentirnos amenazados, gravitar por encima, disfrutar de sus claves y conocer más a fondo el corazón de su ser.

Y miro las vagas telas que los hombres ofrecen,
máscaras que no lloran sobre las ciudades cansadas,
mientras siento lejana la música de los sueños
en que escapan las flautas de la Primavera apagándose.
(Vicente Aleixandre) 

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