7 de marzo de 2018

EGUCHI AYANE (1985) / NADA DE REPOSO ETERNO


  •  Nos cuenta Arnold Gehlen que toda la pintura moderna desde el impresionismo explora diferentes aspectos de la subjetividad refleja, la del espíritu que se eleva en la vivencia replegada hacia el interior, la de la psique. Todo arte moderno es un acto de reflexión.


  •  Eso es lo que le pasa a la japonesa AYANE y su obra, que pinta lo que ella es (Jackson Pollock), pero de esa fantasía colorista enamorada de su propio imaginario, hay rastros de sedimentos turbios que afloran desde lo oscuro.


  •  Aunque es una plástica basada en una realidad figurativa muy pronunciada y candorosa, además de remitir a un impacto visual vibrante en la mirada, desliza un pensamiento sobre el destino que se encuentra a la espera. 

Lo que hay de fundamental en el pueblo es la mirada estrecha hacia sus propios intereses y la exclusión escrupulosa, cuando es posible, de los intereses ajenos.
(Fernando Pessoa)

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