7 de febrero de 2018

MARCO PRIETO SÁNCHEZ (1992) / ME OLVIDÉ DE BAUTIZARLOS


  •  El madrileño PRIETO nos incita, ante la visión de sus retratos, a compaginar sensaciones y pensamiento. Tramas no desveladas, víctimas de zumbas de mala sangre, caras de muertos a los que hay que tachar porque ni ellos mismos soportan verse.   


  •  También hay otro fenómeno no menos desconcertante, cual es la maestría de un gran dibujante que con trazos y delirios cromáticos rechaza darle realidad a unos seres que seguramente adolecían de la más mínima belleza. 


  •  Yo doy por válido en este caso el axioma de Danto de que un objeto o una idea -y algo más, añado- no se convierte en obra de arte hasta que se interpreta. Es decir, explica que la interpretación constituye la obra. Esto último no es cierto, pero lo primero acabo de hacerlo. 

En el camino hacia el abstracto abismo, que está en el fondo de las cosas, hay horrores que trasponer que los hombres del mundo no imaginan y miedos que la experiencia humana ignora.
(Fernando Pessoa)   

No hay comentarios:

Publicar un comentario