23 de marzo de 2017

GORKA GARCÍA HERRERA (1982) / FINAL DE CICLO

  •  Decía Paul Gardner que un cuadro nunca está terminado, sencillamente se detiene en lugares interesantes. El gaditano GARCÍA HERRERA, de nuevo en este blog, se ha detenido justo en el momento en que acaba un ciclo industrial, económico e histórico.  Sus obras son los signos de una relación con el mundo. Y también retratos, no de una idea, sino de unos hechos que atraen las formas, éstas, a su vez, son atraídas por los colores y éstos por los signos.   
  • Todo lo que un día fue construido queda más tarde, transcurrida una brevedad, en un abandono total, conciliando soledad y destrucción, ausencia humana y desamparo. Estamos ante unas imágenes que fustigan nuestra visión, y esa es la razón de que la pintura sea un lenguaje emocional que se opone a todo lo que hay de establecido en el lenguaje convencional. 
  •  Hasta la luz, que es el elemento vital del hombre y de la imagen, se apaga, se mete en la penumbra y oficia de conductora de una realidad rota, muda de tanto hablar, cuando las voces y los ruidos no paraban, eran un continuo restallar. Si es una metáfora del principio del fin, su plástica no puede ser más explícita. 

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