12 de febrero de 2017

HIROSHI SENJU (1958) / TODA UNA MEDITACIÓN

  •  Quizás sea un éxtasis zen o una elegía sobre el paso de la vida según Heráclito. Son más que cascadas y más que unas iluminaciones que desbordan nuestra capacidad visual. Es un ejemplo que aglutina todos los hallazgos del llamado arte contemporáneo en uno que resucita la globalidad de las epifanías por descubrir.  
  •  El japonés SENJU muestra, en todas sus obras, un sentido místico y declamatorio, unos espacios que brotan en sí mismos, una serenidad que perfila un pensamiento que extiende el núcleo de su sustentación por todos esos confines, que si en un primer momento aparecen ser concretos, más tarde se van volviendo una poesía verdadera.  
Quiero morir. No quiero
oír ya más campanas.
(Idea Vilariño)

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