17 de febrero de 2016

JOHN CURRIN (1962) / NO PERMITO BROMAS


  • Ya está bien, como escribe Castro Flórez, de que lo absurdo o estrictamente idiota inunde el arte de nuestro tiempo. Su reverso está en el estadounidense CURRIN, muy polémico pero que está de moda, y sus obras sarcástica y jodidamente duras y cabronas. 
  • En sus retratos, tan virtuosos como el rezarle a una virgen, las fisonomías son la viva imagen de las tontas festejando su consuelo. Aunque queda de manifiesto su homenaje a los grandes creadores del pasado sobre los que ha hurgado para plasmar el presente.   


  •  Decía Duchamp que el artista no tenía conocimiento del significado real de su trabajo. Pues con este autor se equivocaba radicalmente, excepto en lo que se refiere a su colaboración interpretativa, pues si algo se desprende de estos suntuosos sumarios pictóricos es que la conspiración estaba pensada y más que pensada. Por eso suman elocuentemente y nos permiten admirar su paganismo. 
La economía informal del Tercer Mundo asegura un abuso extremo de las mujeres y de los niños (Mike Davis). 

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